Las compras típicas de estas fiestas no terminan de despegar en las tiendas de la ciudad autónoma. La de ayer fue la primera fecha clave de la campaña navideña para el sector del comercio, al ser el domingo previo a la celebración de Nochebuena. Cada vez es más típico que los españoles hagan regalos en esta fecha tan señalada, al margen de los del Día de Reyes, algo que se hace notar en la maquinaria económica del país. Sin embargo, ayer fue un día atípico en los establecimientos de Melilla, que vieron pasar el domingo sin pena ni gloria. Aunque hubo movimiento en las tiendas del centro, no se cumplieron las expectativas.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de Melilla (Acome), Enrique Alcoba, señaló a El Faro que tras ver la baja afluencia de clientes pone en duda que sea útil abrir en domingo. “Muchos empresarios hemos trabajado hoy (ayer) por ofrecer un buen servicio a los melillenses. Hay que tener en cuenta que supone un gran sacrificio para el gremio, pero cada vez nos preguntamos más si merece la pena”, lamentó Alcoba.
Y es que poner el cartel de ‘abierto’ en la puerta de la tiendas supone trabajar los siete días de la semana y pagar un extra a los trabajadores. Tal y como está la situación este año, el sector empieza a dudar seriamente de que su esfuerzo obtenga recompensa.
El de ayer no fue el primer domingo de la campaña navideña en el que abrieron la práctica totalidad de las tiendas del centro. El primer fin de semana de diciembre, el de la celebración del puente de la Constitución, se consideró como una fecha floja para las ventas, al desplazarse muchos melillenses a la península. El siguiente domingo, día 15, se vio algo de movimiento por el centro, lo cual hizo augurar que el de ayer, el último antes de Navidad, sería un buen día para las ventas. Pese a las buenas expectativas, el nivel de compras no llegó al que se esperaba.
¿Qué falla para que los melillenses no se animen a consumir en los establecimientos de la ciudad? El domingo de ayer fue el ideal para ir de tiendas. Día festivo, con el sol acompañando durante toda la mañana, los funcionarios con la paga extraordinaria ya en el bolsillo y los estudiantes disfrutando de las vacaciones. Pese a que todo estaba de cara, las ansiadas ventas no llegaron.
“No había ambiente de ningún tipo”, recalcó Alcoba al mediodía, tras pasar una mañana bastante floja. “En el puente de la Constitución se vieron en televisión imágenes de la península con gente dándose codazos para entrar en las tiendas a comprar. Aquí no había nadie, parece que los ciudadanos no quieren consumir. No me lo explico”, añadió el presidente de la Asociación de Comerciantes. “En Melilla hay unas 80.000 personas censadas. No tengo ni idea del porcentaje qué tendrá poder adquisitivo para hacer regalos de Navidad, pero parece que es bajísimo. Esto no da más de sí”, apuntó.
Asimismo, recalcó que a los comerciantes no les quedan más herramientas con las que intentar atraer clientes. “Se agradecería si la Ciudad Autónoma organizara actividades en pleno centro, como en la Plaza Menéndez Pelayo, para atraer a los ciudadanos, pero no es algo esencial”, remarcó Alcoba. “El consumo en Melilla está por los suelos, el comercio tradicional ahora mismo no funciona”, lamentó. Parece que de poco han servido las campañas de descuento organizadas antes de las fiestas o el plan de concienciación para que los melillenses realicen sus comprar en tiendas de la ciudad en lugar de hacerlo en establecimientos de la península, como viene sucediendo desde hace algunos años. “Hoy lo hemos tenido todo a favor para que vengan clientes y no lo hemos conseguido. No sé qué falla”, sentenció Alcoba.