La importante victoria del equipo azulino hace que se puedan mantener las diferencias con la parte baja de la clasificación en la que todos los equipos implicados puntuaron.
Una vez más ha quedado demostrado que no hay que ponerse el parche antes de que salga el grano. El Melilla sumó tres puntos de oro en un campo y ante un equipo complicado cuando pocos confiaban en que ello ocurriera debido a la mala dinámica en la que estaba inmersa el cuadro que dirige Juan Moya, quien en la previa al choque reconocía que el equipo no llegaba precisamente en el mejor momento a este partido después de encajar tres derrotas consecutivas y sobre todo porque el retraso en el cobro del primer plazo de las fichas de los jugadores estaba afectando al rendimiento del equipo.
Los jugadores volvieron a demostrar una gran profesionalidad ante uno de los gallitos del Grupo IV para dejar caer en saco roto los augurios de su técnico. No quiere decir esto que el tema económico no esté afectando al equipo, que lo está, pero si viene a dejar claro que las tres derrotas encajadas de manera consecutiva antes del partido ante el Guadalajara fueron como consecuencia de circunstancias meramente deportivas.
El Melilla recibió en tierras alcareñas un balón de oxígeno cuando más lo necesitaba, sobre todo para no afrontar el último partido del año con la presión añadida de tener prohibido fallar otra vez en casa ante un equipo de los de abajo. Un equipo inferior al Melilla por mucho que de nuevo traten de venderlo como si fuera el FC Barcelona, tal y como ocurrió con el rival de este domingo o como se dijo del Albacete Balompié, que por cierto perdió el liderato al caer derrotado ante el Córdoba B, último clasificado del Grupo IV y primer rival de los azulinos en el 2.014. Lo realmente importante es que el Melilla haya recuperado las señas de identidad que tenía perdida y que vuelva a ser ese equipo capaz de lo mejor o de lo peor, pero siempre con su personalidad. Los azulinos deben centrarse más en explotar sus virtudes y mejorar sus defectos y pensar menos en el rival, aunque sin perderle nunca el respeto. Seguro que así el equipo irá a más, en una competición donde la igualdad ( y la mediocridad) es tremenda y en la que el último clasificado es capaz de ganar al líder. Y es que el Barcelona o el Madrid afortunada o desgraciadamente no son equipos que compitan en la Segunda B, por lo que las socorridas comparaciones son auténticas chorradas.
La Hoya-Lorca, un equipo humilde y con uno de los presupuestos más modestos del Grupo se ha encaramado a lo más alto de la clasificación a base de explotar sus virtudes y jugar a lo que sabe hacer bien. Sus números ahí están y en éstos momentos nadie duda de que sean el producto de un trabajo bien hecho, aunque la competición es larga y luego cada uno ocupará más o menos el lugar que se merece salvo la excepción que siempre confirma la regla.
Tras afrontar dos desplazamientos consecutivos que se saldaron con un triunfo y una derrota, la UD Melilla volverá a jugar ante su afición el próximo sábado a partir de las 19:00 horas ante el UD Almería B, equipo que ocupa actualmente el puesto de promoción de permanencia. El adelanto del último partido correspondiente a la última jornada de la primera vuelta del campeonato, ha obligado al cuadro técnico unionista a trastocar la planificación de las sesiones de entrenamientos por lo que el plantel azulino comenzará a preparar el último partido del año a partir de hoy, ya que disfrutó de la jornada de descanso el lunes en lugar del martes como viene siendo habitual a lo largo de la temporada.
La plantilla está citada en las instalaciones del Álvarez Claro para llevar la primera sesión de la semana que dará comienzo a las 10:30 horas. Amarito sigue siendo el único inquilino de la enfermería azulina debido al trabajo específico que está llevando a cabo para recuperarse de la pubalgia que le mantiene apartado de los terrenos de juego desde hace más de un mes. El zaguero melillense ya ha comenzado a realizar un trabajo más dinámico y todo apunta a que podría reincorporarse al trabajo de grupo a la vuelta de las vacaciones navideñas si como parece la evolución sigue siendo tan positiva. A pesar de las numerosas tarjetas (siete) que el catalán Rebollo López mostró al equipo azulino en el Pedro Escartín de Guadalajara, Juan Moya podrá contar con todos los integrantes del plantel melillista salvo con el lesionado reseñado.