Así lo ha advertido ACNUR a la dirección del Centro de Estancia Temporal de Melilla, que ayer alojaba a unos 900 inmigrantes.
La dirección del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) ha sido advertida por personal del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) destinado en Marruecos de que “un porcentaje muy alto de mujeres que ingresan en el CETI, sobre todo camerunesas y nigerianas, son víctimas de la trata de personas”.
Según explicó ayer a El Faro Carlos Montero, director del CETI, es muy difícil detectar algún caso de éstos en Melilla. “Podemos intuir algo, creer que puede haber alguna mujer en esta situación, pero en el CETI no tenemos ni personal ni capacidad ni medios para llevar a cabo una investigación en profundidad”, señaló ayer.
Por eso desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de la ciudad suelen seguir un protocolo cada vez que una mujer es trasladada a la península: “Avisamos a los responsables de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs) o a las ONGs de que va una mujer para allá, para que estén pendientes”, apuntó Montero.
“La mayoría de ellas contrae una deuda de 40.000 euros para llegar a Europa y, una vez que sale de Melilla, tiene que pagar esa cantidad desorbitante, en gran parte de los casos, ejerciendo la prostitución”, añadió.
La próxima semana, adelantó, estarán de visita en el CETI de Melilla representantes de ACNUR.
Los “bebés anclas”
En este punto es donde entran a jugar un papel determinante los hijos de estas mujeres que son utilizados para chantajear a la madre y obligarla a saldar su deuda. Son estos “bebés anclas” los que usan las mafias, aclara Montero, para asegurarse de que la persona que va a ser explotada en la península o en cualquier otro país de Europa, llega a buen puerto por el trato preferencial que se asegura al ir a acompañada de un niño. “Son vulnerables y por eso se les da prioridad”, señala.
En lo que llevamos de año, en el CETI de Melilla se han practicado 25 pruebas de paternidad. La mayoría de los tests de ADN (18) ha dado positivo. O sea, que los niños son hijos de los que dicen ser sus padres. En cambio en siete casos se ha demostrado que el menor no tenía parentesco con quienes decían ser sus familiares.
Todos estos niños, señaló Montero, han pasado a estar bajo tutela de la Ciudad Autónoma de Melilla.
En cuanto al rescate de diez niños alojados en el CETI que habían sido o estaban siendo usados por las mafias de la inmigración ilegal, Montero aclara que ha sido posible desarticular esta trama gracias a la colaboración de todas las instituciones (Ciudad Autónoma, Benemérita y Ministerio), especialmente de la UGR, que realiza los análisis de ADN gratis. “Antes la Ciudad Autónoma pagaba 700 euros por cada una de estas pruebas”, dijo.
Hechos puntuales
Montero quiso dejar claro ayer que la entrada en dos ocasiones en el CETI de un niño argelino con dos madres distintas, destapada por la ‘Operación Herodoto’ de la Guardia Civil, es un caso aislado y no una práctica habitual.
También es una excepción el caso de la madre que vendió a su hijo en el centro. “Ella sigue en el CETI a la espera de que se celebre juicio. El niño está al cuidado de la Ciudad Autónoma y la vista no se ha celebrado por falta de la testigo (la mujer a la que presuntamente le vendió su hijo por 20.000 dinares o lo que es lo mismo, unos 200 euros). La madre dice que le dio el niño y niega que lo vendiera”, explica el director del CETI.
Montero también cree que la red de inmigración ilegal que usaba menores llegados a Melilla ha sido desarticulada: “Las personas que llegaron con niños este verano eran en realidad sus padres”.
“Los sirios están entrando a pie por la frontera”
El director del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla, Carlos Montero, reconoció ayer que del verano hasta esta fecha ha habido una ‘avalancha’ de sirios en el CETI. “Hemos pasado de cinco a 177 en tres meses”. Asimismo señala que ningún sirio llegado a Melilla ha saltado la valla. “Están entrando a pie por la frontera” y explicó que es muy difícil detectarlo por el parecido físico con los marroquíes. Además insistió en que la Policía Nacional no podría controlar estas entradas porque “si se pone estricta, no podrían entrar las 20.000 personas que vienen cada día a trabajar a Melilla”, dijo Montero.
Por otra parte, avanzó que el CETI alojaba ayer a 900 personas. Es una cifra alta, teniendo en cuenta que el centro está pensado para 480 personas.