Un hombre aceptó ayer una multa de unos 2.000 euros, aunque declaró ante el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que no tiene dinero, por haber robado un coche y abandonarlo después. Su abogado defensor llegó a un acuerdo con la Fiscalía, que rebajó la pena notablemente. El acusado se declaró culpable de haber robado las llaves de un coche del bolsillo de su propietario mientras estaba en un bar el 8 de marzo de 2012. La Policía halló horas después el vehículo, tras la denuncia interpuesta por el propietario, que presentaba unos daños cuya reparación tuvo un coste de 320 euros. El dueño también echó en falta unas gafas de sol valoradas en 100 euros. El acusado fue condenado a pagar una indemnización de 420 euros por los daños y las gafas de sol robadas y a seis meses de multa a razón de ocho euros diarios y 30 días a cuatro euros por el robo del vehículo. En total, deberá pagar 1.996 euros.