El departamento de Servicio Exterior de la Unión Europea recibe a representantes de afectados españoles. Ha ocurrido el milagro. La responsable del Servicio de Acción Exterior para la división del Magreb en la Unión Europea, Sibylle Tura, ha accedido a reunirse este verano con tres representantes de la Asociación de Afectados por la Extorsión en Marruecos (AAEM) y les ha prometido pedir información al ministro responsable del ramo en España para saber qué está sucediendo con los empresarios españoles en el país vecino.
El encuentro, solicitado hasta la saciedad por la AAEM, tuvo lugar finalmente en Bruselas. “Nos han prometido que, como acción inicial, desde la UE enviarán información de nuestra reunión a los consejeros de toda la Unión Europea para que conozcan de primera mano la denuncia del centenar de empresarios españoles que hemos sufrido extorsión por parte de la empresa Immolog, participada en un 50% por el Estado marroquí”, comentó ayer a El Faro Francisco de Arratia, presidente de la Asociación de Afectados.
“También pedirán información al ministro español responsable para ver qué está sucediendo”, subrayó a El Faro.
El encuentro ha dejado buen sabor de boca a los empresarios que denuncian extorsiones en el país vecino. “Tenemos una vía abierta con la Unión Europea”, dijo De Arratia.
No obstante, mantienen una espinita clavada. Aún no han conseguido que les escuchen ni en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, ni en el de Industria, ni en la Casa Real.
Eso sí, la reunión de Bruselas no ha sido llegar y besar el santo. Para empezar, el Servicio Exterior de la UE pidió a los denunciantes de las supuestas extorsiones en Marruecos pruebas de sus acusaciones. “Les llevamos el contrato de Torreblanca (una de las constructoras extorsionadas) con Immolog, los cheques de pago, documentos de alguaciles judiciales y partes médicos de las agresiones”, añadió De Arratia.
Hay que recordar que la Asociación de empresarios Afectados por la Extorsión en Marruecos acusa a Immolog, perteneciente al Grupo marroquí Douja Prom Addoha, de estar detrás de las extorsiones a empresarios españoles.
La AAEM ya había denunciado ante el Parlamento Europeo “los numerosos casos de atropellos” de intereses españoles en el país vecino. La denuncia, según explicó a El Faro el presidente de la asociación, Fernando de Arratia, recogía el testimonio de empresas, sobre todo andaluzas y catalanas del sector de la construcción, que “fueron agredidas y desposeídas de sus bienes por el grupo marroquí Douja Prom Addoha”.
Hay que tener en cuenta que en los últimos meses siguen llegando denuncias a la AAEM, sobre todo, de empresas del sector pesquero.
En enero pasado, la asociación de empresarios extorsionados en Marruecos pidió a la Eurocámara que clarificara lo ocurrido. Se refería a casos como los de “un constructor español que levantó una fase de apartamentos de alto ‘standing’ en Tánger y llegó la Gobernación Civil, le dijo que las normas urbanísticas habían cambiado y le tiró la urbanización sin indemnizarle, pese a que muchos pisos ya estaban vendidos”.
O al de “otro empresario que puso un aval para hacer una obra con el Colegio de Abogados de Rabat y luego le dijeron que la obra no se haría y que no podían devolverle el aval porque no había dinero”. Incluso “un caso de una empresa de pesca con dueños españoles, rusos y franceses a la que le pusieron un gerente judicial que se quedó con la empresa”.
Tampoco el Rey
En vísperas de la reciente visita que hizo el Rey a Marruecos durante la celebración del Ramadán, la AAEM envió información a la Casa Real para ponerla al tanto de la situación que están viviendo los empresarios españoles en el país vecino. Sin embargo, según la AAEM, no pudieron conseguir que los recibieran para explicar su situación “por falta de tiempo”.
“En Europa se han quedado atónitos. Se sorprendían de que, con el despliegue de ministros que llevó Don Juan Carlos a Rabat (hasta ocho), no se abordara este tema”, apunta De Arratia.
Asimismo asegura que en Bruselas le han dicho que cada vez son más los ciudadanos españoles que acuden a la Unión Europea buscando justicia. “La embajada española en Marruecos no mueve un dedo. Se están quedando con nuestros materiales y grúas y todo el mundo mira para otro lado”, concluyó.