Marruecos ha decidido reforzar su lucha contra la inmigración irregular en la frontera de Melilla con un helicóptero que realiza labores de vigilancia en torno al monte Gurugú, donde se concentra la mayor parte de subsaharianos que espera una oportunidad para entrar en la ciudad autónoma de manera ilegal, según informaron en la jornada de ayer fuentes de la Guardia Civil a este periódico.
La puesta en funcionamiento de este aparato por parte de Rabat coincide con la llegada esta misma semana de un avión de la Guardia Civil que también servirá de apoyo para controlar la inmigración irregular, así como para luchar contra el narcotráfico y realizar labores de salvamento marítimo.
El helicóptero no es la única novedad en territorio marroquí. Las fuentes de este periódico indicaron que el país vecino ha establecido una segunda de línea de vigilancia en torno al Gurugú, en concreto a unos 200 metros de donde se encuentra el vallado.
Con estos refuerzos, Rabat espera frenar los nuevos intentos de entrada que puedan producirse. De hecho, Melilla no registra ninguna entrada a través de la valla desde hace un mes. También hay que recordar que en las últimas semanas las fuerzas de seguridad del país vecino han realizado numerosas detenciones de inmigrantes en el Gurugú para su posterior traslado a Oujda. Según algunas ONGs locales, como Prodein, incluso se llegó a prender fuego a los refugios que los subsaharianos tenían en el monte. De ahí las columnas de humo que se han podido divisar desde Melilla semanas atrás, según la versión ofrecida por las asociaciones humanitarias locales.
El nuevo helicóptero que está empleando Marruecos no sobrevuela la zona del Gurugú a diario, por lo que indicaron las fuentes de la Benemérita consultadas por este periódico. No obstante, parece que los nuevos métodos empleados por el país vecino han conseguido frenar el número de entradas a través de la valla, que ya supera al registrado durante todo el 2012.
En la ciudad autónoma también se han producido novedades a la hora de combatir la llegada irregular de subsaharianos. Además del mencionado avión del Instituto Armado, también entró en escena un helicóptero de la Policía Nacional, que se suma así al que lleva empleando la Guardia Civil desde mediados de año.
El de la Policía Nacional se está centrando en la vigilancia del Dique Norte, tal y como publicó este periódico la semana pasada. Cada noche sobrevuela esta zona, por donde suele producirse la entrada de pateras. Asimismo, inspecciona desde el aire los acantilados de Melilla La Vieja, Horcas Coloradas y Alcazaba, donde se ocultan los inmigrantes que más tarde intenten subir a los barcos que zarpan hacia la península.
La autonomía de estos aviones puede llegar a los 4.700 kilómetros y su velocidad de crucero es de 422 kilómetros por hora. La Guardia Civil se inclinó por el modelo CN-235 MP Persuader, porque dispone de radar de descubierta y otros sensores, así como soportes para armas navales.
En cuanto al avión de la Benemérita, se trata de uno de los modelos CN-235, aeronaves de ala fija, que la Guardia Civil adquirió en el año 2009. El avión cuenta con un sensor de infrarrojos y con FITS (Fully Integrated Tactical System o Sistema Táctico Totalmente Integrado). Este último es un sistema de misión de arquitectura abierta COTS, para vigilancia y patrulla marítima.