En lo que va de año, los Bomberos han realizado 129 intervenciones. En 2012 fueron 262.
En las últimas semanas parece que los Bomberos atienden más casos de contenedores de basura incendiados, pero a la luz de los datos, este tipo de vandalismo ha descendido este año con respecto a 2012. De enero hasta la fecha de ayer se han extinguido 129 incendios en contenedores, según los datos aportados por el Cuerpo de Bomberos de Melilla. El año pasado fueron 262 en total y entre enero y agosto se registraron 151 casos de quema de depósitos de basura.
Las estadísticas que maneja Bomberos de Melilla ponen de relieve que es en la temporada de otoño e invierno cuando se registra un repunte del número de intervenciones de contenedores incendiados, aunque también es en invierno la época más propicia para la quema de rastrojos.
Sin embargo, los datos ofrecidos por el Cuerpo a El Faro, constatan un repunte significativo en enero de este año con un total de 43 intervenciones por contenedores de basura quemados, frente a los 35 del mes de diciembre de 2012. El pasado febrero los incendios se redujeron a 16 y por debajo de la veintena se han mantenido hasta este mes. De hecho mayo fue el mes en el que menos contenedores se atendieron, únicamente 10, mientras que en abril y julio se registraron 11, respectivamente.
El mes de diciembre de 2012 finalizó con 35 contenedores de basura quemados, siguiendo la línea ascendente que se inició en octubre del mismo año con 31 casos, más del doble que en el mes de septiembre en el que los Bomberos de Melilla atendieron 15 incendios en contenedores.
El primer trimestre del 2012, el Cuerpo de Bomberos tuvo también una intensa actividad para sofocar los incendios en contenedores con 31 intervenciones en enero, 27 en febrero y otros tantos en marzo.
Vandalismo crónico
Entre abril y septiembre se produjo una bajada en el número de intervenciones de esta naturaleza, sin superar la veintena de emergencias por fuego en contenedores de basura. El mes que menos casos se registraron fue el de julio con solamente seis salidas de Bomberos.
El pasado mes de abril, el consejero de Medio Ambiente, José Ángel Pérez Calabuig, denunció que este tipo de vandalismo había costado ya a las arcas públicas cerca de 65.000 euros. Concretamente, desde la entrada en vigor del nuevo contrato público de la limpieza viaria se habían perdido unos 70 contenedores, pasto de las llamas, y otros 20 a los que se les había sustraído la tapa metálica que los cubre. Explicó que si bien la empresa adjudicataria debe reponer los contenedores incendiados, es la Ciudad Autónoma la que corre con los gastos de la compra de las nuevas unidades.
En este sentido, destacó que la adquisición de un contenedor metálico, es decir, los de color gris para los residuos orgánicos, cuesta del orden de 1.000 euros cada uno, mientras que los de plástico, es decir, los destinados a la recogida de vidrio y papel y cartón, cuestan 700 euros cada uno.
Dos pirómanos, detenidos
La Policía Nacional detuvo el pasado 14 de marzo a un hombre de 56 años acusado de ser el autor de la quema de ocho contenedores. La intervención de produjo en el barrio del Industrial, después de que los agentes, que patrullaban la zona, le vieran prender un papel y echarlo al interior de un contenedor de plástico. Los policías evitaron que el incendio se propagase y hallaron al supuesto autor entre otros contenedores escondido en la calle Marqués de los Vélez, a pocos metros de donde había intentado su última fechoría.
En este caso, el consejero de Medio Ambiente adelantó que la Ciudad Autónoma se personaría como acusación particular en la denuncia correspondiente contra el pirómano detenido.
A mediados de noviembre del pasado año la Policía Local detuvo a otro hombre, al que llevaban investigando varios meses, por la quema de contenedores por valor de 7.000 euros. El detenido reconoció los hechos, es decir, haber sido autor de una oleada de quema de contenedores en diferentes calles del Centro de Melilla durante el verano pasado. En este caso, la colaboración ciudadana permitió la identificación del individuo que había prendido fuego a varios contenedores, ayudando así a la investigación policial.
Un detective dice que los pirómanos buscan notoriedad
El Berhdadi Mohamed es un criminólogo marroquí , recién establecido en la ciudad, quien explicó a El Faro el pasado mes de junio que detrás de la quema de contenedores se hallan principalmente jóvenes, quienes, con estas acciones, buscan sobre todo notoriedad. Este tipo de delincuencia juvenil quiere ser “visto por la gente, ser reconocido”. Además, para este investigador privado el perfil del joven delincuente es claro: “Procede de barrios humildes, es hijo de padres divorciados o que han muerto. No tienen estudios y les falta apoyo social”. Lo normal, apunta Mohamed, es que el delincuente juvenil tienda a burlarse de la ley, lo que explicaría, el alto número de contenedores que arden en la ciudad. “Los queman porque quieren que se hable de ellos. Saben que en España la ley es muy floja y lo que hacen es intentar provocar a la Policía”, comentó El Berhdadi Mohamed a este periódico.