EL pasado febrero Helitt Líneas Aéreas pegó la espantada de Melilla. Después de meses de quejas y mal servicio, la compañía dejó tirados a los melillenses... ...que confiaron en ella, compraron un billete y se quedaron en tierra porque la aerolínea suspendió sus vuelos desde la ciudad.
Helitt también dejó en la estacada a los trabajadores que tenía en el aeropuerto de Melilla. Se fue, se esfumó del espacio aéreo local sin pagarles mes y medio de sueldo ni los complementos de su convenio colectivo.
Los siete empleados de Helitt en Melilla han tenido que esperar seis meses para que finalmente la compañía aérea entre por el aro y acceda a pagarles lo que les debe o, al menos, una parte de lo que les adeuda.
Para el día de ayer estaba fijado en el Juzgado de lo Social de Melilla, el juicio en el que los trabajadores y Helitt se volverían a ver las caras. Esta vez, ante un juez. Sin embargo, los abogados de ambas partes alcanzaron un acuerdo gracias a que, tal y como reconoció Carlos Játiva, el letrado defensor de los siete jóvenes melillenses que trabajaron para la aerolínea en la ciudad, la “buena disposición” de Helitt que ha sido clave para llegar a buen puerto y evitar así el juicio en el que a buen seguro la compañía aérea habría salido perdiendo.
No sería descabellado pensar que la empresa de Abel Pizarro habría perdido ese juicio, ya que no existe causa que justifique el trato que ha dado a sus empleados. Ahora parece que la suerte de la aerolínea ha cambiado y como cualquier otra sociedad de este país, Helitt está afrontando el temporal de la crisis como puede. Seis meses después de la espantada está en disposición de hacerse un ‘lavado de cara’, no solamente en el gremio de las aerolíneas, pues Helitt podría recuperar el vacío que dejó en el mercado de los vuelos regionales, sino también ante los ciudadanos de la ciudad de Melilla, aunque en este caso hay mucha tela que cortar todavía.
La marcha de Helitt de Melilla dejó por los suelos una imagen corporativa que los melillenses difícilmente podrán olvidar, máxime teniendo en cuenta que algunos clientes que compraron sus billetes y no llegaron a embarcar, reclamaron el reintegro de lo abonado y se quedaron en la cola de los impagados.
Tanto si Helitt vuelve a Melilla como si no, la labor de restauración de la imagen de la compañía tiene aún por delante un largo recorrido. Por lo pronto, poner paz con sus ex empleados ha sido un primer paso que otras empresas deberían aplicarse.
Es el caso de Serramar que se encona en no pagar los salarios de los vigilantes que tiene en Melilla. Hoy, éstos decidirán qué medidas tomarán para reclamar lo que, sin duda, es suyo. Tienen el ejemplo de lo que han luchado y de lo que han conseguido los ex trabajadores de Helitt.