El ICO concedió 41 créditos en nuestra ciudad entre enero y junio de este año, frente a los 63 del mismo periodo de 2012. El importe prestado fue de 2,2 millones de euros, la mitad que en el ejercicio anterior.
El grifo del crédito sigue cerrado. Los más de cinco años de crisis económica que está viviendo el país han hecho que los bancos sean cada vez más exigentes a la hora de prestar dinero, tanto a particulares como a empresas. Lejos quedan ya aquellos momentos en los que detrás de las mesas de las entidades financieras se solucionaban todos los problemas. El ICO (Instituto de Crédito Oficial) ha concedido en el primer semestre del año un total de 41 créditos a empresas melillenses, esto supone un 33% menos que en el mismo periodo del año pasado. En cuanto a la cantidad prestada, el descenso es aún mayor. Si entre enero y junio se dieron a las empresas de la ciudad 4,4 millones de euros, en este semestre la cantidad ha descendido a 2,2 millones de euros, según los datos facilitados por el ICO a este periódico.
A pesar de que el Instituto sigue contando con el mismo presupuesto que hace un año, la concesión de créditos ha disminuido de forma considerable, no sólo en Melilla, sino también en el resto del país. Desde el ICO apuntan que las empresas piden menos créditos porque la situación económica es complicada y les cuesta más decidirse a solicitar estas ayudas.
Falta de confianza
Sin embargo, esta no es la única razón que ha causado esta situación. Desde la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), su secretario, Jerónimo Pérez, explicó en El Faro que las entidades financieras encargadas de gestionar este tipo de créditos son cada vez más reticentes para decidirse a prestar dinero. “Los balances de las empresas son cada vez más negativos y eso hace que los bancos tengan menos garantías a la hora de cobrar el dinero que prestan y que por tanto decidan cerrar el grifo”, apuntó Pérez.
El secretario de la CEME no cree que las empresas hayan dejado de solicitar créditos, más bien todo lo contrario. Aseguró que las empresas necesitan ahora más dinero que nunca, porque sus cuentas están peor que en otros momentos, pero precisamente por esto tienen menos acceso al crédito. “Es la pescadilla que se muerde la cola. Si no tienes dinero tampoco te van a prestar, aunque sea en ese momento cuando más lo necesitas”, señaló.
La concesión de créditos a empresas locales ha sido prácticamente idéntica en el primer y segundo trimestre de este año. Entre enero y marzo se dieron a través del ICO 20 préstamos por un importe total de 1,3 millones de euros, en los tres meses siguientes han sido 21 créditos concedidos, aunque el importe ha sido algo inferior, en concreto de 900.000 euros, según las cifras del ICO. La mayoría de estos préstamos, aseguran desde el Instituto, forman parte de la línea de ayuda a emprendedores y jóvenes empresarios.
En este punto, Pérez indicó en declaraciones a El Faro que los datos demuestran que a pesar de las dificultades son muchos los que están optando por crear una empresas como alternativa de empleo. “El número de autónomos no deja de crecer y eso es un dato que nos indica que los emprendedores están aumentando”, aseveró.
Sin embargo, el secretario de la CEME dijo que estos nuevos empresarios tampoco lo tienen fácil para conseguir que bancos y cajas de ahorro se decidan a prestarles dinero. “Es muy difícil que un banco dé dinero para un nuevo proyecto en estos momentos”, apuntó Pérez, que insistió en que las entidades financieras necesitan ahora, más que nunca, clientes solventes y de cuya respuesta puedan estar totalmente seguros.
El patrimonio ya no es garantía
El patrimonio, explicó Pérez, tampoco es ya una garantía para los encargados de gestionar y prestar el dinero. Hace unos años tener solares, edificios u otras propiedades era un aval suficiente para que una entidad financiera concediera un crédito. En unos momentos en los que el mercado inmobiliario no paraba de revalorizarse, tener una propiedad era un seguro para el banco que dejaba el dinero. La opción de hipotecar el patrimonio era, a su vez, una vía de escape para los empresarios cuando las cuentas no les cuadraban. Pero todo eso ha cambiado ahora. Pérez indicó que para las entidades financieras ya no sirve de nada avalar un crédito con propiedades. “Los bancos tienen ahora demasiado patrimonio en stock del que no saben cómo deshacerse y que ha reducido su valor. Si vas a pedir un crédito y presentas como aval un edificio, el banco te dirá que no lo quiere. Ellos ahora sólo quieren estar seguros de que vas a devolverles el dinero”, apostilló.
Este cambio de tendencia hace que para las empresas esta crisis esté resultando más dura que otras anteriores. “En otros momentos económicos malos, hipotecar tus propiedades te podía dar tiempo para salir adelante, ahora eso es imposible”, señaló el secretario de la CEME.
En el primer trimestre del año la concesión de créditos ICO se redujo en España un 70%. Prácticamente en todos los puntos del país el problema se repitió. A pesar de que la función de este Instituto es precisamente facilitar el acceso al dinero a las empresas, los bancos tampoco están atravesando ahora por su mejor momento.
Lejos quedan aquellos días en los que cualquier persona podía acceder a un préstamo y de una sola vez pagar la casa y el coche y poner en marcha su negocio. Muchos de aquéllos no pudieron responder a sus deudas cuando los tiempos dejaron de ser tan buenos, las entidades financieras se quedaron con propiedades que ahora valen menos que el dinero que prestaron por ellas y los empresarios se encontraron de repente con las puertas de estas entidades cerradas. El dinero que entonces fluía, ahora ha desaparecido.
“No habrá crédito hasta que no se estabilicen los datos del paro”
l secretario de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Jerónimo Pérez, aseguró ayer que el cambio de tendencia en cuanto a la concesión de créditos es complicado. Pérez aseguró en declaraciones a El Faro que hasta que las cifras del paro no se estabilicen es muy difícil que se reactive el consumo y por tanto que las empresas vuelvan a tener más beneficios y los bancos estén más seguros a la hora de dejar su dinero.
A pesar de que las últimas cifras de la EPA son positivas tanto en el conjunto del país como en nuestra ciudad, se trata de un dato muy condicionado con la estacionalidad, por lo que es aún muy aventurado pensar que el desempleo va comenzar a bajar de forma continuada y que el mercado laboral va a volver a generar trabajo.
Pérez afirmó que mientras que los índices de paro sean tan altos la gente va a seguir consumiendo poco y por tanto el dinero no va a estar en movimiento. “Es necesario que se renueve la confianza para que realmente veamos que se produce un cambio”, insistió.
Empresas locales
En cuanto a la situación de las empresas de nuestra ciudad, el secretario de la CEME reconoció que es complicada. “El problema no es que este año haya sido malo. El problema es que ha sido un año muy malo, después de otros cuatro que tampoco han sido buenos”, apostilló.
Pérez indicó que los ahorros que tenían tanto los ciudadanos como los empresarios están cada vez más mermados y que resulta cada vez más difícil mantener un negocio abierto.
El miembro de la CEME aseguró que los que han conseguido mantenerse son sobre todo empresas muy consolidadas, que a pesar de la reducción de beneficios han podido afrontar el problema porque antes eran muy solventes. Muchos, aseveró, se han quedado en el camino.
Los datos del INE apuntaban al principio de esta semana que el gasto de los melillenses se había reducido de forma importante en 2012 y que además éramos los españoles que menos dinero habíamos invertido en consumir. La hostelería, donde el dinero destinado por los melillenses se había reducido un 44%, era el sector más afectado, algo que ha provocado que desde el inicio de la crisis 57 bares hayan cerrado en nuestra ciudad. Estas cifras muestran que la reactivación del consumo, que Pérez considera imprescindible para que el grifo del crédito vuelva a fluir, parece estar aún lejos. Esta semana se conocerán los datos de desempleados inscritos en el SEPE en julio.
Si las previsiones se cumplen Melilla podría superar los 13.000 parados, algo que tampoco ayuda a las empresas locales. Habrá que esperar para ver si realmente, tal y como se ha anunciado desde distintos foros, la segunda mitad de este año la economía local y nacional consigue por fin ver la luz.