Un agente de Guardia Civil fue agredido el pasado sábado cuando se encontraba trabajando en el paso fronterizo del Barrio Chino, según señalaron a El Faro fuentes de la Unión Federal de Policía (UFP), información que fue confirmada más tarde a este periódico de manera oficial por parte de la Benemérita.
El efectivo del Instituto Armado se encontraba en el control del Barrio Chino cuando un desconocido la lanzó una piedra de dimensiones considerables, la cual impactó en la mano izquierda del agente, provocándole diversas lesiones.
El ataque se produjo en horario nocturno, por lo que fue imposible identificar al agresor. Además, la piedra fue arrojada desde territorio marroquí, por lo que poco pudieron hacer los miembros del Instituto Armado para encontrar al atacante. El agente herido se encuentra actualmente de baja, según comunicaron desde la Guardia Civil. Asimismo, apuntaron que desconocían los motivos que había tenido el agresor para atentar contra el agente.
Según la versión dada por la UFP a El Faro, los ánimos estaban caldeados en el Barrio Chino desde por la mañana, cuando se registraron incidentes de pequeña consideración y se lanzaron objetos contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que había en la zona.
La razón, siempre siguiendo lo narrado por la formación sindical, es que los agentes actuantes en dicho paso fronterizo habían impedido durante todo el día el acceso de varios ciudadanos marroquíes a causa de que llevaban numerosos objetos de contrabando. Todo apunta a que fue uno de estos sujetos el que, horas más tarde y aprovechando la oscuridad, decidió atacar a uno de los agentes en represalia por no haberle dejado entre en la ciudad autónoma.
“Pocos efectivos”
Sea como fuere, desde la UFP pusieron de manifiesto que este tipo de sucesos demuestran que son necesarios más efectivos en la zona. “Siempre pasa igual. En cuanto hay aglomeraciones y a algunos se les prohíbe la entrada, la toman con la Policía y la Guardia Civil”.
Hay que recordar que el paso del Barrio Chino es el tercero más transitado de Melilla, por detrás de Beni Enzar y Farhana. El verano pasado ya se registraron incidentes en esta zona. El suceso más grave tuvo lugar en agosto, cuando a un agente de la Benemérita le descargaron en el rostro la sangre contenida en una jeringa hipodérmica desde Marruecos.