Jesús Caldera presenta hoy un estudio que analiza los efectos en Melilla y aporta soluciones ante una “situación dramática”.
Jesús Caldera, el que fuera primer ministro de Trabajo de José Luis Rodríguez Zapatero, alertó ayer en Melilla sobre los “efectos destructivos” de la reforma laboral aprobada por el Gobierno. A su juicio, y tras el diagnóstico que ha plasmado en un informe que presentará hoy a agentes sociales y medios de comunicación, la ciudad es “un ejemplo de libro” de que la medida aprobada por el ministerio de Fátima Báñez ha sido “un rotundo fracaso” y “un grave error”. Desde sus nuevas funciones como secretario federal de Ideas y Programas del PSOE y vicepresidente de la Fundación Ideas, Caldera echó la vista atrás para concluir que “Melilla está hoy peor que en 2009” y reconoció su “preocupación” por las tasas actuales de desempleo, que han pasado del “mínimo del 14% de 2008 hasta el 32% actual”.
En su crítico balance, Caldera tachó la reforma laboral, que el Gobierno aprobó confiando en que reactivaría el mercado laboral, de “un auténtico acicate para la destrucción de empleo”, ya que “sólo ha abierto las puertas de los despidos, pero no la de la contratación”. En ese sentido, recomendó al Gobierno que exija a las empresas que se acogen a las ventajas y bonificaciones de las nuevas contrataciones que estabilicen o amplíen sus plantillas, evitando así que “se consienta que los mismos que se benefician despidan al mismo tiempo”.
Frente a ese escenario “errático” y “desolador”, recordó que la única receta para el regreso a la senda del empleo pasa por el crecimiento económico. Pero el motor se ha ralentizado, a su juicio, porque han triunfado las políticas, alimentadas por Alemania, que ponen todo el foco en la contención del déficit, sin contemplar incentivos que estimulen la reactivación. Frente al “diagnóstico equivocado de Merkel”, sugiere respaldar con ayudas a aquellos sectores que aún pueden tirar del carro de la economía, desde la sanidad a las energías renovables o la cultura, justo los que, denunció, han sufrido más los “incomprensibles recortes de incentivos” del Gobierno central o la subida del IVA.
Al margen del estudio sobre la situación actual de Melilla, que presentará hoy, el ex ministro de Trabajo esbozó los cuatro pilares que deberían, según su criterio, sustentar el viraje en la política económica del Gobierno. Éstos pasarían por una reactivación del crédito hacia las empresas, la “reconsideración” de la reforma laboral, las ayudas a los sectores estratégicos sin que éstas computen en el déficit público y la aprobación urgente de una renta mínima garantizada que dé cobertura económica y social al creciente volumen de familias que no cuentan con ingreso alguno en España.
Su diagnóstico sobre la ciudad será presentado a empresarios, sindicatos y colectivos sociales. “Se trata de un estudio que confirma que las cosas en Melilla estaban mal, pero ahora están yendo a mucho peor”, subrayó.
5.000 melillenses sin recursos
Caldera no desveló ayer los datos del informe que presentará hoy, pero recordó que el Gobierno socialista del que formó parte “destinaba 40 millones de euros en inversiones al año a Melilla, frente a los 20 actuales”. El secretario general de su partido en la ciudad, Gregorio Escobar, apoyó con cifras la necesidad, planteada por el ex ministro, de articular con urgencia políticas que reactiven la economía local y nacional para que el crecimiento económico se traduzca en más empleo y en más bienestar social. Así, recordó que las últimas cifras oficiales revelan que en Melilla existen en la actualidad hasta 4.300 familias con todos sus miembros en paro, y que de ellas unas 1.300 no tienen ningún tipo de ingreso, lo que supone que más de 5.000 ciudadanos se encuentran en un riesgo de “pobreza extrema”. Eso, a juicio de Escobar, es una auténtica “emergencia social”. A ello, sumó que según las estadísticas ocho de cada diez jóvenes intuyen que su único futuro profesional se encuentra en la Península, por lo que recordó que la pasada semana su partido planteó una propuesta para que Melilla reciba 15 millones de euros de los fondos europeos para destinarlos a programas de empleo juvenil.