NUESTRA ciudad no puede continuar soportando una densidad de tráfico como la actual ni un crecimiento de vehículos en nuestras principales vías como el de los últimos años. Es necesario provocar un cambio si queremos aspirar a que el plan de movilidad tenga éxito para mejorar nuestra calidad de vida. En esta empresa tiene un papel protagonista el transporte público, que en Melilla cuenta con dos pilares: Los taxis y los autobuses de la COA. Estos últimos se enfrentan a una dificultad más con la Operación Paso del Estrecho, tal y como apuntó ayer a El Faro, su presidente, Jesús Fuentes. Las colas de vehículos en el paso fronterizo de Farhana están provocando una pérdida de pasajeros que afectará a la cuenta de resultados de la empresa.
Esta dificultad se suma a la lista de asuntos pendientes de resolver de la COA, como los periódicos ataques que sufren su autobuses, la paulatina y constante caída en el número de pasajeros o la competencia desleal de los taxis ‘piratas’, que afectan al transporte público en general. Parecía, hace unos meses que esta problemática se había resuelto, por una mejor predisposición de las autoridades policiales a perseguir a estos taxistas sin licencia, pero parece que, según denuncia la COA, se enquista en la zona fronteriza de Farhana.
Este cúmulo de problemas hace que sea urgente realizar un estudio sobre los asuntos que ponen en peligro a la COA, los que impiden la viabilidad del transporte público en nuestra ciudad y los aspectos que hay que potenciar para conventir en algo habitual los desplazamientos por nuestra calles en taxi o en autobús. El futuro de Melilla, si queremos mejorar la calidad de vida de las más de 80.000 personas que la habitamos, viaja en taxi o en los autobuses de la COA.