El segundo caso que pasó ayer por el Juzgado de lo Penal número dos de Melilla por un delito de amenazas en el ámbito familiar fue el de una mujer, A.A.K., quien denunció a su ex marido por amenazarle el pasado 26 de mayo con un palo, que la Policía Nacional no encontró en el momento de la detención. Uno de los agentes actuantes afirmó ante el juez que encontró al hombre, B.A.M., agazapado a unos 70 metros de la vivienda de la mujer y que cuando fue descubierto, intentó huir. El agente del Cuerpo Nacional de Policía aseguró que no encontró ningún palo ni otro tipo de arma junto al detenido en ese momento ni en los alrededores.
La denunciante aseguró que su ex marido había ido a la puerta de su casa en Melilla, que le había amenazado de muerte y que en ese momento temió por su vida. Afirmó que fue un vecino el que llamó a la Policía, pero no supo decir qué vecino fue o si fue alguien con quien se cruzó en la calle.
Previamente, su ex marido había declarado que quien llamó a la Policía fue la actual pareja sentimental de la mujer, hecho que negó la denunciante. El procesado aseguró que estaba a unos 100 metros de la vivienda tomando “unas cervezas” con un amigo suyo, pero que en ningún momento se acercó a la casa ni mucho menos amenazó a su ex esposa. Insistió que la actual pareja de A.A.K. le vio “desde el balcón” y llamó a los agentes.
El acusado B.A.M. podría enfrentarse a una pena de entre seis meses y un año de prisión por un delito de amenazas en el ámbito familiar, recogido en el artículo 171.4 del Código Penal. El caso quedó visto para sentencia.