Guelaya indica que sólo se ha incluido en este documento la protección de la lapa ferrugínea.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha decidido no incorporar las sugerencias y alegaciones que los grupos ecologistas de la ciudad han presentado al Plan Hidrológico de Melilla. Guelaya-Ecologistas en Acción asegura que las peticiones que han realizado no han sido incorporadas a los documentos oficiales, a excepción de una recomendación sobre la conservación de la lapa ferrugínea, en peligro de extinción.
La asociación exige que se cumpla el Plan Nacional de Restauración de Ríos, en el que se contempla la rehabilitación de los cauces y arroyos de toda España y la eliminación de elementos artificiales, donde se pueda, y su la adecuación a unos parámetros más naturales y estéticos.
Sin embargo, la CHG contempla y permite la política contraria, esto es, hormigonar los lechos del río, encauzar sus riberas con cemento, entubar arroyos e incluso hacerle un techo al Río de Oro en su parte más problemática de desbordamiento, la desembocadura, según indica esta ONG.
Desalinizadora
Los ecologistas destacan que el abastecimiento de agua se basa en una total dependencia de la desalinizadora, que es la tecnología “más cara” y que, por tanto, repercutirá en las facturas de los consumidores.
Otro de los aspectos que resalta Guelaya es el hecho de que el plan asegure que el 55% del agua dispuesta para consumo se pierde, sin saber dónde termina. También indica que 23% del agua se consume en las instituciones públicas, sobre todo, en los acuartelamientos y en los colegios. “La Administración pública debería dar ejemplo y contar en sugestión con objetivos medioambientales de ahorro”, apunta esta entidad.
Según los datos de la memoria del plan hidrológico, los melillenses son los que más agua tienen disponible de toda Europa, en torno a 375 litros por habitante y día, cuando lo normal es 240, incluyendo los usos urbanos y pérdidas.
En ese contexto, Guelaya explica no se puede considerar que se tenga que producir más agua, sino orientar todos los esfuerzos a encontrar ese 55% que se pierde. Su propuesta es que se realice un consumo eficiente y lógico dentro de parámetros normales de abastecimiento.