El delegado del Gobierno y el comandante general participaron en este acto en la Purísima.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y el comandante general de Melilla, Álvaro de la Peña, presidieron ayer el acto de homenaje a los caídos del cañonero General Concha en el centenario de estos hechos trágicos que dieron lugar a la pérdida del buque el 11 de junio de 1913. Sin embargo, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, no pudo asistir por problemas de agenda.
El comandante naval de Melilla, Federico de la Puente Maroto, indicó que los sucesos que acontecieron hace 100 años en la ensenada de Busicú en la que se quedó embarrancado este navío fueron “una muestra más de la valentía que caracterizó a tantos españoles de aquella época”.
Con este acto de homenaje, se ha querido recordar a los que perecieron por defender España, explicó De la Puente. Entre los valientes que dieron su vida por el país están el cabo de cañón Antonio Mesa Fernández y los marineros Emilio Vaquero Gutiérrez y Salvador Alarcón Cuenca, cuyos restos descansan en el cementerio de la Purísima. Los encargados de disponer en sus sepulturas unas coronas de laureles, tras realizarse una oración, fueron el delegado del Gobierno, el comandante general de Melilla y el comandante naval de la ciudad.
De la Puente destacó, en un breve discurso antes de finalizar el acto, la actuación destacada que tuvo en esta tragedia el almirante de navío Rafael Ramos Izquierdo, que sobrevivió a este suceso y se hizo cargo del buque “al morir el comandante en el primer ataque de las fuerzas hostiles”. Aseguró que la actitud del almirante de navío Ramos evitó que el buque fuera apresado.
El comandante naval de Melilla agradeció a las autoridades civiles y militares su presencia en este homenaje, así como resaltó que es un gesto del “reconocimiento de la sociedad melillense con aquel grupo de hombres de mar, a pesar de que haya pasado tanto tiempo”.
También disparó una salva de fusilería un piquete compuesto por marineros que se situó a la derecha de las autoridades.
Historia de una lucha por un navío español
El cañonero General Concha embarranca en la ensenada de Busicú a cinco millas de Alhucemas el 11 de junio de 1913 por la intensa niebla. El barco sufre el ataque de los cabileños desde tierra y caen muertos en este primer enfrentamiento el comandante, el maquinista y tres marineros. El vapor Vivente Saenz y los cañoneros Lauria y Reina Regente apoyan a este barco, que finalmente se pierde un día después. Los cabileños piden 250.000 pesetas por su rescate, pero las autoridades españolas ordenan bombardear los restos del General Concha.