EL presidente Juan José Imbroda anunció ayer, tras reunirse con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, que existe el proyecto de abrir un nuevo paso fronterizo para agilizar el tránsito con el país vecino. Además, se prevé que en poco más de un año hayan concluido las obras de mejoras en Beni Enzar. Ambas inversiones son vitales para el desarrollo de la ciudad. Sin embargo, ninguna de las dos son el mayor anuncio realizado por Imbroda. El mensaje más importante es el que subyace en ambos: Que los dos proyectos se van a diseñar y ejecutar en coordinación con Marruecos. Quizás éste sea el primer paso para superar la histórica falta de cooperación y entendimiento con las autoridades del país vecino, una dificultad que ha impedido el desarrollo a ambos lados de la frontera a un ritmo más animado que el actual.
Además, hay que añadir otro matiz. La propuesta de crear un nuevo paso ha sido planteada por Marruecos, lo que puede entenderse como una invitación para normalizar las relaciones entre el Reino alauita y esta parte de España. Los intereses económicos que unen a los ciudadanos y empresarios de ambos lados de la frontera pueden encontrar un nuevo marco de desarrollo. Si ambos países continúan estrechando sus vínculos, existe la posibilidad de que los intercambios comerciales, que hasta ahora han existido gracias al disimulo y la permisividad de las autoridades de ambos países, empiecen dar mayores frutos.
Los proyectos anunciados ayer se pueden entender como un gesto de mano tendida por parte de Marruecos, que el presidente Imbroda se apresuró a estrechar sin ninguna duda.