l El colegio La Salle inició ayer las tradicionales competiciones deportivas de los Azules y Amarillos. Mañana se sabrá quiénes son los ganadores. Los dos últimos años han vencido los Azules.
¡Preparados, listos, ya! Más de 600 niños de entre 3 y 16 años competirán hasta mañana en los juegos de Azules y Amarillos del colegio La Salle. El centro celebró ayer el acto inaugural de estos tres días de competiciones deportivas, una actividad con décadas de tradición en la que todos los estudiantes del colegio se implican al máximo con dos objetivos: Divertirse y ganar.
Pasadas las 11 de la mañana en el patio central de La Salle todo estaba ya preparado para comenzar la ceremonia de inauguración. Los padres de los pequeños se agolpaban en los pasillos que asoman a las pistas deportivas, donde los niños organizados por clases y ataviados ya con el uniforme azul o amarillo, se colocaban en fila para empezar a desfilar.
Guirnaldas de banderolas azules y amarillas adornaban el centro, que ayer era una fiesta. Los primeros en salir fueron los más pequeños, alumnos de primer curso de preescolar, que aunque sólo tienen 3 años llevan muy arraigado ya el espíritu de competición. Azules a la izquierda y amarillos a la derecha, fueron caminando en fila india para colocarse en la parte central del patio, en un acto que parecía una pequeña ceremonia de unas Olimpiadas.
Uno a uno los alumnos de todos los cursos de este colegio, donde hay estudiantes hasta 4º de ESO, iban saliendo al patio para colocarse junto a sus compañeros azules o amarillos. Los padres y abuelos, muchos de ellos antiguos alumnos, recordaban aún emocionados los tiempos en los que ellos se vestían con la camiseta de su equipo para participar en la competición.
El sol acompañó y la música fue guiando a los estudiantes. Los últimos en salir fueron los alumnos de 4º de ESO, que como siempre ha sucedido con los de último curso, se encargarán este año de colaborar con la organización. Ellos ya no son ni azules ni amarillos, sino verdes.
Una vez que todos estuvieron en el patio se hizo silencio, para que los abanderados se colocaran en el centro de la pista y comenzara a sonar el himno del colegio, que más de un padre no pudo evitar cantar emocionado.
Ningún detalle podía faltar en esta ceremonia inaugural y como cualquier competición deportiva que se precie, los Azules y Amarillos también tienen su mascota. Salli salió a saludar a los estudiantes y a acompañar a algunos de los alumnos que ofrecieron varios espectáculos de baile y gimnasia rítmica a padres, abuelos y compañeros.
Tras los bailes llegó el momento de lectura del manifiesto. Blanca Imbroda y Alejandro Ruiz, azul y amarillo, fueron los encargados de esta lectura en la que se destacó el espíritu de deportividad y se deseó suerte a todos los compañeros, tanto de un bando como de otro. Se comprometieron a cumplir las normas y a esforzarse para que estos tres días de juegos sean un ejemplo de competición limpia.
Concluida la ceremonia, los organizadores dieron el pistoletazo de salida a las competiciones deportivas. Fútbol, baloncesto, atletismo o natación serán algunas de las disciplinas en las que los estudiantes de todos los cursos de este colegio intentarán alzarse con la victoria.
Tras dos años consecutivos de victoria de los azules, los amarillos se esforzarán este año más que nunca para conseguir cambiar esta tendencia. Por su parte los azules recuerdan aquel refrán de “no hay dos sin tres” para intentar lograr el triplete de victorias.
Será el viernes cuando se sumen las puntuaciones de todas las competiciones y se compruebe quiénes son los ganadores. Sean quienes sean todos los participantes habrán disfrutado de tres días de diversión, deporte y compañerismo, en los que aunque la competitividad no falta, la ilusión es la principal protagonista.
Cuando dentro de unos años estos pequeños melillenses salgan de las aulas de la Salle continuarán siendo azules o amarillos, como ayer demostraban sus padres. Y es que cuando llega el momento de la competición, los mayores querrían volver unas décadas atrás en el tiempo para colocarse su camiseta azul o amarilla y demostrar que su color siempre ha sido el mejor. “Los amarillos parecen mejores”. “Se nota que no sabes de lo que hablas, los azules siempre fuimos ganadores”. La competición ha arrancado para todos, los pequeños disfrutan y los mayores sacan fuera ese niño que todos llevamos dentro. ¡A jugar!