El delegado del Gobierno entona el ‘mea culpa’ por no haber reconocido públicamente la labor de este Policía Nacional antes.
El agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) Rafael Romero, que el pasado 30 de abril salvó la vida a un niño de dos años y medio en la frontera de Farhana, recibió ayer el homenaje público por parte del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, después de que el pasado viernes hiciera lo mismo con otros dos agentes de la CNP, Salvador Guerrero y Mª Carmen Castro, que habían ayudado a una parturienta a dar a luz a su hija en plena calle. “Diversas circunstancias” habían impedido antes este reconocimiento público a Rafael Romero, según dijo El Barkani, quien entonó el ‘mea culpa’ porque “no nos percatamos de la misma manera que con Salvador y Mª Carmen”.
Tras casi doce años de servicio en el Cuerpo, Romero aseguró que nunca se había visto en una situación como la que vivió hace dos semanas. Como ya informó El Faro en su edición del 1 de mayo, ese policía nacional salvó la vida a un niño de dos años y medio que se había desmayado. Romero relató ayer la experiencia ante los medios de comunicación y aseguró sentirse “muy orgulloso” de representar al Cuerpo en el homenaje público de ayer, pero sobre todo destacó “la satisfacción personal” de lo que hizo, que “se quedará grabado en el corazón de por vida”, agregó.
En torno a las 16:30 horas un padre llegó al puesto fronterizo de Farhana con su hijo en brazos y pidiendo auxilio. Rafael Romero fue el agente que se acercó, cogió al niño y comprobó que no solamente estaba desmayado sino que no presentaba signos de vida. “No tenía constantes vitales, no respiraba”, explicó. Inmediatamente el agente policial comenzó las tareas de Reanimación Cardio Pulmonar (RPC) y fue a la tercera sesión cuando el menor reaccionó y “rompió a llorar”.
El momento más emocionante
“Es una sensación que se queda grabada de por vida, no se puede explicar. Hay que vivirlo para poder sentir esa emoción de ver que un niño pequeño, que no respiraba, vuelve a la vida y llora”, aseguró emocionado Romero. El agente aseguró que en la Academia de Policía reciben cursos de Primeros Auxilios, pero que en su vida privada había profundizado en este tema por interés personal y saber reaccionar ante una situación de emergencia, pues podía ser útil en el desarrollo de su labor policial.
Gracias a esa excepcional formación, Romero pudo realizar la reanimación al pequeño que se había desvanecido de repente mientras pasada unos días con su familia en Farhana. Según explicó el delegado del Gobierno, una crisis convulsiva por una fiebre había provocado esta repentina reacción en el menor y por ello el padre había decidido acudir al Hospital Comarcal de Melilla, pero antes de llegar el menor se desvaneció y se quedó sin constantes vitales, lo que precipitó los acontecimientos.
Los facultativos de la ambulancia del 061 que llegaron al lugar momentos después, felicitaron al agente, pues su ayuda había salvado la vida al hacer aplicado la RCP a tiempo, combinando los masajes cardíacos y la respiración boca a boca. Romero explicó que ahora el niño se encuentra perfectamente y que los familiares están muy agradecidos por haber salvado la vida del pequeño.
La magnífica formación de los agentes del CNP
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, recibió ayer al agente Rafael Romero, para quien sólo tuvo palabras de felicitación y reconocimiento, como también las tuviera el pasado viernes con los policías Mª Carmen Castro y Salvador Guerrero.
Los tres policías nacionales han sido destacados por la crucial ayuda humanitaria que prestaron en cumplimiento de su servicio a los ciudadanos. Para el delegado del Gobierno, estas acciones destacadas ponen de relieve la “magnífica” formación de los agentes de la Policía Nacional.
Por ello, El Barkani dijo sentirse “muy orgulloso” de los miembros del CNP y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, pues no solamente están para cumplir con las funciones encomendadas, como la lucha contra la delincuencia, la vigilancia y la seguridad ciudadana sino también para actuar en labores de asistencia humanitaria, cuando son requeridos por los ciudadanos a los que sirven.