LA reunión que celebró ayer el Consejero de Seguridad Ciudadana con los comerciantes de la zona de Beni Enzar es la demostración de que cuándo todas las partes están interesadas en buscar una solución, ésta no tarda en llegar. Sólo necesitó una hora Francisco Javier Calderón, máximo responsable de la Policía Local, para zanjar el problema con los comerciantes, que acudieron al encuentro encabezados por Enrique Alcoba, presidente de Acome. Levantarse de la mesa hubiera significado un perjuicio para todos, especialmente para los dueños de los establecimientos dedicados a la venta al por mayor próximos al puesto fronterizo. Sus vehículos y los de sus clientes, estacionados en doble fila por la falta de aparcamientos, iban a continuar siendo multados por los agentes de la Policía Local.
Por su parte, la falta de acuerdo hubiera supuesto un nuevo quebradero de cabeza para el presidente de los comerciantes, un sector en dificultades, que sufre desde hace meses las consecuencias de la crisis económica.
Y finalmente, la prolongación del desencuentro hubiese puesto todas la miradas sobre el consejero de Seguridad Ciudadana, en quien recaería el peso político de los reproches cruzados de los comerciantes, los vecinos de la zona, los conductores, los transeúntes, los usuarios del transporte público...
Ayer, cuando se sentaron a la mesa, todos lo hicieron convencidos de que lo más beneficioso ellos era alcanzar un acuerdo. Aunque algún asistente llegó con los ánimos encrespados, acabó por imponerse la razón, el sentido común y la necesidad de llegar a un acuerdo. El pacto: Aparcamientos durante un plazo máximo de quince minutos en horario comercial para satisfacer así los intereses de todas las partes, cediendo un poco cada una de ellas. Tan sencillo algunas veces como complicadas otras.