Los agentes sospecharon al ver el estado de nerviosismo del conductor y su acompañante. La Guardia Civil de Melilla informó ayer del rescate que realizaron los agentes el pasado viernes en el puesto fronterizo de Beni Enzar de un inmigrante de Malí que estaba oculto en el lugar del depósito de combustible de un turismo con matrícula de Marruecos. Durante el control rutinario en la frontera, los agentes observaron que el conductor del vehículo presentaba un evidente estado de nerviosismo, no así su acompañante, lo que levantó inmediatamente sus sospechas.
Tras un minucioso examen del vehículo y con ayuda de la máquina de detección de latidos, los guardias civiles encontraron a una persona oculta en el interior de lo que debía ser el depósito de gasolina del coche. El pequeño habitáculo se había construido en la zona del maletero, donde el inmigrante maliense viajaba “enclaustrado”, bajo dos chapas, una atornillada y otra estaba suelta.
“Debilidad extrema”
Los agentes procedieron al rescate de este inmigrante, que presentaba un estado de “debilidad extrema y dificultad para respirar”, pero que, según informó la Guardia Civil, no necesitó asistencia sanitaria y en el día de ayer se encontraba en buen estado de salud. Según explicaron en nota de prensa, el cuadro médico que padecía fue provocado por el calor que soportó, la falta de aire y los gases acumulados procedentes tanto del vehículo donde iba aprisionado como de otros próximos.
Los ocupantes del vehículo, de nacionalidad marroquí y vecinos de Nador, fueron detenidos por un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. El conductor H.B. ha ingresado en prisión y el segundo, K.K. ha sido imputado por el mismo delito.
El inmigrante, que dice proceder de Malí, pasó a disposición judicial en calidad de testigo y tras acudir a la Jefatura Superior de Policía de Melilla para tramitar el expediente de expulsión, ingresó en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).