El diagnóstico del plan recoge la creación de un nuevo aparcamiento con 700 plazas l A pesar de la sustitución de plazas, se reservan espacios para los residentes y para la carga y descarga en las zonas comerciales.
El excesivo protagonismo de los coches en Melillla es uno de los principales problemas de la movilidad en la ciudad. El urbanista José Luis Cañavate, encargado de elaborar el diagnóstico del Plan de Movilidad local, explicaba esta semana que lo que provoca la gran cogestión de tráfico no es que haya más automóviles que en otras ciudades similares, sino que los que hay su utilizan “muchísimo” más. Además del excesivo tráfico, los coches ocupan gran parte del espacio urbano, entre otras cosas porque los melillenses que acuden a su trabajo, lo hacen mayoritariamente en coche y lo dejan estacionado durante toda la jornada en la calle. Para paliar esta realidad y que el peatón recupere terreno en la ciudad, en el diagnóstico del Plan de Movilidad, al que ha tenido acceso El Faro, se plantean varias actuaciones. Una de ellas es la transformación de 969 plazas de aparcamiento en espacios públicos. Según se indica en el documento, se trataría de zonas de uso prioritario para servicios y residentes. Cumplirían funciones peatonales y estacionales asociadas a actividades comerciales, ocio y restauración.
A través de esta actuación se intentaría acabar con la ‘sobreocupación’ de vehículos motorizados en las calles de la ciudad. Sin embaro, el Plan de Movilidad no pretende acabar con los lugares de aparcamiento, sino reordenarlos. Así, también contempla la creación del nuevo parking que tendría capacidad para 700 plazas, con lo que se absorbería gran parte de las que se pierden en las calles del centro urbano. De hecho, Cañavate aseguró el jueves en la presentación del diagnóstico que es importante aprovechar el hecho de que la Ciudad esté promoviendo la creación de parking subterráneos.
En el diagnóstico previo a la elaboración del futuro plan se establece, además, la reserva de un porcentaje de plazas de aparcamiento en la calle, que serían de uso exclusivo para residentes. También habría un número de espacios destinados a la carga y descarga y se reservaría entre un 40% y un 50%, dependiendo de la zona del centro urbano, para estacionamientos de rotación, es decir, para que cualquier melillense pudiera dejar su coche mientras realiza gestiones, compra y está en el trabajo.
El futuro plan también plantea que en algunos barrios de la ciudad como el de Cristóbal Colón, Batería Jota, Príncipe de Asturias, Tesorillo, la Libertad o el Cuartel de Regulares hay falta de espacio para que los residentes puedan dejar sus vehículos, por lo que en el plan se apunta que habrá que buscar ubicaciones estratégicas para situar las zonas destinadas al estacionamiento en estos barrios.
Con este nuevo ordenamiento de las plazas de aparcamiento, el futuro Plan de Movilidad de Melilla quiere acabar con los problemas que hay actualmente en la zona centro y en algunos barrios de la ciudad. En el análisis que se ha realizado de la red viaria local se ha comprobado que durante el día el 36% de las áreas urbanas existentes se encuentran, por encima de su capacidad, es decir, están saturadas por la presencia de vehículos. Otro 21% tiene una ocupación de entre el 90% y el 100%.
Por la noche, aunque baja algo la ocupación, sigue habiendo problemas de aparcamiento para residentes en el 16% de las áreas urbanas.
En las zonas comerciales, especialmente en los pasos fronterizos, la presencia de coches estacionados indebidamente es muy alta, algo que supone un problema para peatones y ciclistas a la hora de poder moverse por la ciudad con libertad. De hecho, en el diagnóstico se calcula que el 14% de los coches aparcados en el centro urbanos está situado en sitios indebidos, algo que también sucede con el 12% de los vehículos estacionados en el Barrio del Industrial.
Las consecuencias negativas de los vehículos mal aparcados en la calle
El informe hace también referencia a las consecuencias de los malos estacionamientos de los vehículos en nuestra ciudad. La excesiva ocupación de las vías por los coches y los estacionamientos indebidos provocan, según este documento, dificultades para la movilidad de peatones, ciclistas y conductores. Así, según se extrae del diagnóstico elaborado por el equipo de Cañavate, esta falta de ordenación para estacionar causa dificultad en la circulación por la reducción de la superficie de calzada. Asimismo, la insuficiencia de aceras y la ocupación de las mismas por coches obliga a los peatones a andar por la calzada. En el documento se indica también que hay una confusión entre la zona peatonal y la de estacionamiento, entre otras cosas, por la inexistencia de señalización vertical y horizontal que regule el aparcamiento. El taponamiento de entradas a viviendas o la ocupación de las paradas de transporte público se sitúan también entre los principales inconvenientes.