EL ministro de Asuntos Exteriores e Hijo Predilecto de Melilla, José Manuel García-Margallo, no dejó ayer ningún margen para la duda. Las relaciones entre España y Marruecos están bien encarriladas y continuarán así mientras nuestros vecinos “no nos toquen Melilla y Ceuta”. García-Margallo pronunció esas palabras durante un desayuno informativo al que también asistía el número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de Marruecos, Youssef Amrani. El representante del país vecino estaba alabando el diálogo como herramienta para resolver cualquier conflicto bilateral. A lo que el ministro español añadió: “Siempre que no nos toquen Ceuta y Melilla”. Sus palabras no se pudieron escuchar en la sala. García-Margallo no habló alto, pero el volumen que empleó fue suficiente para que lo oyera su homónimo y le quedara clara la postura de España. Luego, el moderador del desayuno repitió a los asistentes las palabras del máximo responsable de la diplomacia de nuestro país.
El asunto no había quedado tan claro el pasado 28 de enero. Ese día, el embajador español en Rabat, Alberto José Navarro González, se fue por las ramas ante una situación similar. El diplomático también alabó el diálogo como herramienta para dirimir las diferencias entre ambos países, pero no marcó ninguna línea para dejar fuera de la mesa de negociaciones a Melilla y Ceuta. Su actitud fue criticada en ambas ciudades autónomas y el Gobierno tuvo que salir en su defensa en el Congreso de los Diputados. Allí, en la Cámara Baja, un diputado de UPyD pidió explicaciones al Ejecutivo por la tibieza de Navarro González. “Las declaraciones del embajador de España en Rabat siguen plenamente la línea marcada por el Gobierno y en modo alguno cuestionan la soberanía española de Ceuta y Melilla”, fue la respuesta. Por si acaso, ayer el ministro quiso dejar el asunto totalmente claro.