La reciente composición de un nuevo Gobierno de España puede interpretarse como una buena noticia para que el país y, en concreto, para que Melilla vuelva a ponerse en marcha y afrontar los retos que tiene por delante.
Dos de las materias en las que la ciudad depende de la Administración central son la Educación y la Sanidad.
El Faro ha hablado con los sindicatos de estas dos áreas para conocer de primera mano qué creen que requiere Melilla para avanzar en estas dos materias.
Por un lado, las organizaciones de funcionarios de la enseñanza hacen hincapié en algo que llevan tiempo repitiendo, pero con una novedad, la cifra. Las aulas de Melilla necesitan 100 profesionales más para igualar la media de profesor por alumno del país.
Sin duda alguna, ésta es la principal demanda que los sindicatos trasladarán al recién nombrado ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo. Más allá de que se vayan a construir centros escolares como el IES Jardín Valenciano o el colegio de Gabriel de Morales, estas entidades piden más docentes con plaza fija en la ciudad para hacer frente a las altas ratios.
Otro punto importante en el que inciden tanto SATE como CSI-F y UGT es algo que está en boca de los principales partidos políticos españoles: hace falta un pacto de Estado por la Educación. Es más, los sindicatos señalan que Melilla, en este sentido, es mucho más vulnerable, dado que al depender directamente de Madrid, sufre de primera mano los cambios en la normativa.
La Sanidad es otro de los puntos en los que los agentes sociales creen que la ciudad necesita mejorar. Un dirigente nuevo al frente del ministerio, como es el caso de la catalana Dolors Monserrat, siempre levanta esperanzas entre los profesionales del sector.
A la nueva titular de esta área le reclaman que, más allá de reiniciar las obras del nuevo hospital, lleve a cabo cambios en el sector, como destinar más presupuesto al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa).
El nuevo Ejecutivo tiene por delante una legislatura con grandes retos en Melilla. Un Gobierno con voluntad de diálogo, como ha dicho tener, puede ser una gran oportunidad para abordar los desafíos.