Los trabajadores transfronterizos del sector de la Construcción también se manifestaron ayer frente a la Delegación del Gobierno, bajo las siglas de Comisiones Obreras (CCOO). Hassan Dudú, de la asociación que agrupa a este colectivo, señaló a los medios de comunicación que hace meses que reclamaron al delegado Abdelmalik El Barkani, una solución a sus problemas, pero ésta aún no ha llegado.
En este sentido, recordó que que la principal problemática a la que se enfrentan actualmente los transfronterizos es a la renovación de su permiso de trabajo, que antes tenía una validez de cinco años y actualmente de uno. Para renovar este documento, los trabajadores deben realizar un desembolso de 900 euros, aproximadamente.
“Nos han quitado el 25% de la nómina”, apuntó en relación a la bonificación por residencia, “y nuestro derecho a recibir el paro. Somos muchas las familias afectadas, algunas con padres e hijos dedicados durante años a la construcción. Tenemos los mismos derechos que los residentes en Melilla. Es más, el 95% de esta ciudad la han construido los transfronterizos”, subrayó Dudú.
Sin paro ni bonificación
Hay que tener en cuenta que en Melilla hay unos 1.500 profesionales de la Construcción, de los cuales 900 están en el paro. De esta cifra, el 33%, aproximadamente, son trabajadores procedentes de Marruecos que cada día cruzan la frontera para realizar su cometido en Melilla. El principal agravio comparativo que sufre este colectivo laboral es el de no percibir el plus salarial del 25% correspondiente a los residentes en la ciudad autónoma.
Muchos de los asistentes a la concentración de ayer clamaban por esta cuestión. Gritos de “igualdad” o “derechos para todos” no dejaron de escucharse durante todo el acto de protesta. Varios de los manifestantes narraron a los medios de comunicación su situación actual, que en la gran mayoría de los casos pasa por el paro, la imposibilidad de cobrar el desempleo y la falta de expectativas para el futuro. Muchos no se explicaban que esta situación se produzca “en un país democrático como España” y exigían un puesto de trabajo. “O hambre o pan para todos”, afirmó uno de los asistentes quien también reclamó que su derechos y obligaciones fueran iguales que el resto de trabajadores de la Construcción residentes en Melilla. Sobre la mesa queda la propuesta de este colectivo de reunirse con el delegado del Gobierno para abordar el problema.