La Cumbre Social, que aglutina a formaciones sindicales, asociaciones y ONGs de la ciudad autónoma, salió ayer a la calle para protestar por las políticas de ajustes llevadas a cabo por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Medio centenar de personas, aproximadamente, se dio cita frente a la sede de la Delegación del Gobierno para mostrar su rechazo a la gestión económica de la Administración del Estado.
Al contrario que en otras ocasiones, la mayor parte de los asistentes pertenecía a los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO. También acudieron representantes de entidades como Prodein o Pro Derechos Humanos.
Lo cierto es que había menos manifestantes que en otras convocatorias de la Cumbre Social. De manera paralela a su concentración se desarrolló, a escasos metros, un acto de protesta de los trabajadores transfronterizos del sector de la Construcción organizado por CCOO, al que asistieron unas 70 personas, aproximadamente.
No faltaron pequeños rifirrafes entre unos y otros manifestantes. Cuando los integrantes de la Cumbre Social iban a comenzar la lectura de su manifiesto, un transfronterizo pidió a gritos la palabra, recibiendo por respuesta una unánime petición de silencio por parte de la Cumbre Social. Cuando llegó el turno de hablar de los trabajadores de la Construcción, los otros manifestantes decidieron poner música a todo volumen, dificultando que pudieran realizar declaraciones ante los medios de comunicación. Como terceros en discordia, también se sumaron a la mañana de protestas el grupo de desempleados que diariamente se concentra frente al Palacio de la Asamblea para demandar un puesto de trabajo. En total, unas 130 personas se dieron cita ante las puertas de Delegación. Como en concentraciones anteriores, todo se desarrolló sin incidentes y ante la atenta mirada de una decena de agentes de Policía Nacional.
Por un cambio profundo
El secretario general de los ugetistas, Alonso Díaz, señaló a los medios de comunicación que los integrantes de la Cumbre Social claman por “un cambio profundo” en la política del Gobierno, ya que la actual “nos lleva irremediablemente hacia la recesión económica y a un incremento de las tasas de desempleo”.
“Es el momento de que el Ejecutivo central cambie de rumbo. Hay que regenerar la democracia para que esto no sea un auténtico desastre”, añadió el líder de la UGT. Por otro lado, el secretario general de CCOO, Francisco Veira, centró sus palabras en la situación de paro y pobreza que atraviesa Melilla actualmente.
Así, reclamó a la Ciudad Autónoma “igualdad de oportunidades” para todas las pymes locales. “Hay que acabar con la práctica de adjudicar obras y servicios menores sin que se convoque un concurso público. Las empresas de Melilla así lo están demandando, necesitan igualdad de condiciones para sobrevivir y crear nuevos puestos de trabajo”, subrayó el sindicalista.
Además, reclamó un cambio en la confección de los planes de empleo, pues consideró que los actuales son “una mera limosna de seis meses” para los seleccionados y no potencian la creación de puestos de trabajo estable. “La ciudad está a la cabeza de España en tasa de paro y pobreza. Las cifras hablan por sí solas. ¿Cuándo vamos a tener un cambio? Ya hemos visto cómo la Ciudad Autónoma ha cometido una auténtica pifia con los últimos planes de empleo. Esperemos que no ocurra lo mismo con los próximos”, aseveró el líder de CCOO.
El manifiesto leído ayer por los dirigentes de la Cumbre Social, el mismo texto que en el resto de concentraciones convocadas a nivel nacional, apostaba principalmente por frenar las medidas gubernamentales “que favorecen la destrucción de empleo”, así como por comenzar “a regenerar la democracia” española.
“El Gobierno debe saber que el tiempo de las mentiras y los discursos huecos ha terminado”, señaló María Jesús Ruiz Luna, de CCOO a los asistentes. “Si no corregimos la situación podemos acabar como en Italia, donde están triunfando las opciones populistas a causa del hartazgo de una parte de la población con el mal funcionamiento de las instituciones”, advirtió.