El avance del diagnóstico revela una “contundente” falta de plazas de aparcamiento en zonas residenciales, según apunta Cañavate. En aras de favorecer el uso del autobús y la bicicleta como medios de transporte en Melilla, el avance del diagnóstico de la movilidad de la ciudad, que está llevando a cabo la empresa Contorno, apuesta porque Melilla se convierta en ‘Ciudad 30’, según apuntó a El Faro el urbanista José Luis Cañavate. El 90% del trazado urbano de Melilla permitiría la limitación de la velocidad del tráfico rodado a 30 kilómetros por hora, lo que favorecería que la circulación por la vía pública pudiera compatibilizarse con otros medios de transporte no privados, como el autobús y la bicicleta.
Como ya refirió a finales de enero, el uso del autobús en Melilla es de los más bajos de España. En este sentido, Cañavate considera que “con una inversión relativamente modesta se pueden conseguir muy buenos resultados en la mejora de su utilización”. Igualmente opina sobre la bicicleta. Teniendo en cuenta que es un modo de transporte “creciente, imparable y con grandes posiblidades”, Melilla podría implantar en parte del trazado urbano local carriles–bici.
En Melilla se realizan un total de 223.534 desplazamientos diarios contenidos en 100.220 viajes diarios. El viaje comprende desde que sale del punto de origen hasta que vuelve a él, mientras que los desplazamientos se refieren a cada trayecto. El 10,33% de los desplazamientos que se realizan están dentro de una cadena de viajes. Los melillenses realizan 2,7 desplazamientos por persona y día y 1,2 viajes por persona y día.
Según el mismo estudio, el 28% de los viajes es por motivos de trabajo, el 21% por estudios, el 19% por paseos, el 8% por compras y el resto, el 24% por otro tipo de motivos. Cañavate consideró que los clasificados como viajes de compras son “muy bajas”, al contrario de lo que ocurre en los viajes denominados de estudio.
Como ya adelantó el urbanista hace algunas semanas, la utilización del vehículo privado como medio de transporte, el 54% es excesivo, que contrasta fuertemente con el “inexistente” uso del transporte público, el 4%, cuando en otras ciudades españolas el porcentaje es uno o dos puntos mayor.
Cañavate destacó como curiosidad que el 60% de los desplazamientos en vehículo privado se hace como pasajero y no como conductor y que más del 70% de los niños acude al colegio en vehículo privado.
Poco espacio para el peatón
Cañavate afirmó que “a pesar de la capacidad de espacio que existe en Melilla, dado el generoso diseño del callejero, la asignación al peatón es todavía baja, pero el problema está mas en la organización de los entornos peatonales y en los recorridos que en la cantidad de suelo peatonal”. Por ello, cree adecuado potenciar y aumentar el espacio para los peatones, en detrimento del de los vehículos que es más “holgado”, no en kilómetros, pero sí en la asignación de funciones del espacio público.
Una mejor organización y asignación de los espacios, por tanto, permitía cumplir este objetivo para fomentar, por cierto, los desplazamientos a pie, pues también en este estudio diagnóstico, se afirma que el 80% de los melillenses utiliza el vehículo privado para cubrir distancias inferiores a 500 metros.
Además, el urbanista granadino considera que existe una “contundente” carencia de plazas de aparcamiento, especialmente en zonas residenciales. Aunque próximamente el estudio reflejará las cifras exactas y las zonas de la ciudad que presentan estas carencias.