Representantes del gremio de artesanos de la ciudad acompañaron a la consejera de Cultura, Simi Chocrón, en la inauguración de esta muestra, homenaje al imaginero.
La sala de exposiciones del Real Club Marítimo acogió ayer la inauguración de una muestra en homenaje al ilustre imaginero murciano Francisco Salzillo. La consejera de Cultura, Simi Chocrón, acompañada por el comandante general de Melilla, Álvaro de la Peña, fue la encargada de abrir al público esta exposición en la que se reúnen más de 300 obras, realizadas por centenares de artesanos de Murcia. El representante del gremio de artesanos murciano, José María Gómez, que también estuvo en la inauguración, agradeció la colaboración de la Ciudad para traer estas piezas a Melilla e indicó que todas han sido realizados por artesanos seguidores y conocedores de la obra de Salzillo, que han tratado de homenajear de esta forma a este ilustre murciano. La sorpresa del acto la dio uno de los miembros de la comitiva murciana, y autor de algunas de las piezas expuestas, Joaquín Vicente, que quiso dedicar a nuestra ciudad un texto en ‘habla panocha’ (la forma tradicional de hablar de los habitantes de la Huerta Murciana). La exposición, que ya ha pasado por decenas de ciudades españolas, y ha estado también en Italia, Francia y Portugal, hace ahora una parada en Melilla, en las semanas previas a la celebración de la Semana Santa. Además de las piezas en homenaje a Salzillo, en esta ocasión también habrá varios trajes populares de la Región de Murcia, dentro de esta muestra. La intención del Gremio de Artesanos, una vez que la exposición pase por nuestra ciudad y por Almería (que es la siguiente parada), es llevarla a la localidad natal del padre de Salzillo, Santa María de Capua. Francisco Salzillo y Alcaraz, nacido en Murcia en 1707, es considerado como el más representativo imaginero del siglo XVIII español y uno de los más grandes del Barroco. Salzillo se dedicó en exclusiva a la temática religiosa y supo mostrar en su estilo los cambios que se fueron produciendo durante el siglo XVIII. Este murciano, de padre napolitano, heredó de su progenitor, él también escultor e imaginero, Nicolás Salzillo, un taller desde el que creó algunas de las tallas más importantes de la Semana Santa murciana. Los melillenses tienen ahora la oportunidad de conocer de cerca la figura de este artista internacional.