Los diez mejores clasificados de la fase local de las olimpiadas recibieron sus premios.
¿Quién dijo que la ciencia no puede ser divertida? Un total de 96 estudiantes de 1º y 2º de Bachillerato de los institutos de Melilla ha participado este año en la fase regional de las Olimpiadas de Biología, para demostrar sus conocimientos en una materia, que aunque para muchos pueda resultar muy complicada, para ellos, si no fácil, es al menos interesante. Los jóvenes han tenido que superar varias pruebas, un examen teórico y otro práctico, para tratar de llegar a la siguiente fase que se celebrará en Madrid el mes que viene. Ayer, en el instituto Juan Antonio Fernández, los diez mejores alumnos de estas pruebas obtuvieron su recompensa, un premio por parte de la Dirección Provincial de Educación y un diploma, pero sobre todo el reconocimiento de sus compañeros y el aplauso de sus profesores.
José María Gil ha sido el ganador de esta edición. El joven, estudiante de 2º de Bachillerato del Juan Antonio Fernández, ya se presentó a las pruebas el año pasado, aunque en aquella ocasión no tuvo tanta suerte y quedó en el puesto número15. Esta vez las respuestas fueron más acertadas, aunque el joven reconoce que le surgieron algunas dudas. Y es que ni siquiera los mejores tienen siempre todas las respuestas. “Terminé las pruebas sin saber qué era un antiesperma, de hecho aún no lo he averiguado”, reconoció el estudiante. Ahora, Gil participará en la fase nacional, aunque sabe que ahí la competición será más dura y que es complicado conseguir una buena posición. (Los ocho mejores pasan a la fase internacional, que se celebra en Suiza).
No obstante, para este joven estudiante de Bachillerato la experiencia ha merecido la pena y pase lo que pase en Madrid, sabe que será una gran oportunidad para conocer gente y disfrutar de una de las cosas que más le gustan, la biología.
Por su parte, ni Fernando Lamas, ni Laura Fernández, que han obtenido el segundo y tercer puesto en Melilla, esperaban tampoco tener tanta suerte. Lamas señaló que no salió de la prueba pensando que conseguiría un puesto tan bueno y que fue una sorpresa saber que había quedado segundo, aunque la mayor alegría, reconoce, se la llevaron sus padres. Por su parte, Laura aseguró que apenas estudió para las pruebas, la alumna del Buen Consejo señaló que la preparación de este último año de Bachillerato le fue suficiente para enfrentarse a la prueba y superarla con bastante éxito. Una vez concluida esta prueba, los dos estudiantes se enfrentan ahora a una mucho más complicada, lograr la nota suficiente para cursar Medicina el próximo año en Madrid.