Varios índices que miden la criminalidad han registrado un importante descenso en nuestra ciudad a lo largo del último año, según los datos hechos públicos ayer por el Ministerio del Interior. Han bajado los delitos y faltas un 5,9%, un dato sólo mejorado por Aragón, donde la caída fue del 7,7%. Por el contrario, en Ceuta se ha producido un incremento del 12,2% en este tipo de hechos.
El balance del trabajo realizado por los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Melilla se puede considerar como satisfactorio porque se produce como resultado del descenso en los robos con fuerza (-23,4%), de la sustracción de vehículos (-26,2%) y del tráfico de drogas (-15,7%). La mejora ha sido posible a pesar de que los agentes que velan a diario por la seguridad de los melillenses tienen que realizar su trabajo con las limitaciones que obligan las actuales dificultades económicas y con la falta de recursos y personal que tradicionalmente padecen policías y guardias civiles.
Sin embargo, no todos los parámetros arrojan cifras positivas. El apartado de homicidios dolosos y asesinatos indica que en 2012 se registraron cuatro de estos sucesos frente a la ausencia de estos crímenes un año antes. El último caso y también el más impactante fue el del niño recién nacido hallado muerto el día de Navidad en una vivienda de la calle Álvaro de Bazán. La Jefatura Superior de Policía asegura que este fallecimiento y otros dos más han sido esclarecidos. Falta por determinar qué ocurrió en el caso del muerto a manos de unos desconocidos que cometieron el crimen utilizando una catana. En este apartado, también es de destacar la eficacia de los agentes en la resolución policial de los casos. Ahora sólo es necesario que el trabajo de los funcionarios sirva para que un juez cuente con suficientes pruebas para condenar a los acusados. Hay que tener en cuenta que no todas las actuaciones de los agentes aparecen en esta estadística. No están operaciones como la detención de dos supuestos yihadistas altamente peligrosos que cuando llegaron al juzgado, lo único que quedó demostrado es que no había ninguna prueba contra ellos.