Los grupos ecologistas de la ciudad consideran “muy improbable” que haya un brote en la ciudad y apuntan a que se trata de cachorros procedentes de Marruecos.
Los cachorros de perro con rabia que Bienestar Social localizó el pasado miércoles en la barriada de Las Caracolas, próxima al Barrio Chino, proceden de Marruecos y entraron en la ciudad a través del cauce del Río de Oro. Según las agrupaciones ecologistas locales, esta es la teoría más factible. El máximo dirigente de Equo, Manuel Soria, indicó a este periódico a es “muy improbable” que haya un brote de dicha enfermedad en la ciudad y que lo más factible es que los perros, dos cachorros, llegaran desde el país vecino. Desde Bienestar Social apuntaron el mismo día que fueron localizados que “al parecer fueron abandonados por un motorista”.
En declaraciones realizadas a El Faro, Soria indicó que desde que se construyó la valla que separa ambos países apenas se han dado casos de animales rabiosos en Melilla. “En la década de los 90 eran muy habituales porque la permeabilidad fronteriza era muy elevada”, subrayó el dirigente de la formación ecologista. “En la actualidad es muy raro que entren perros rabiosos. Cuando lo hacen es a través del cauce del Río de Oro o alguno de sus arroyos, pero tampoco es demasiado habitual”, explicó. En cualquier caso, insistió en que “no cuadra” que el brote surgiera en Melilla.
Asimismo, explicó que los “perros silvestres” que vagabundean por las zonas más agrestes del perímetro fronterizo son gregarios y se mueven en pequeñas manadas de cinco o seis ejemplares. Todo ello, sumado al hecho de que son meses de cría, apunta a la probabilidad de que fueran cachorros de una misma camada que se contagiaron a través de la saliva.
Hay que recordar que la rabia se trasmite a través de mordedura o contacto directo de mucosas o heridas con saliva del animal infectado. El virus también se ha identificado en sangre, leche y orina. Además, se excreta en el animal infectado desde cinco días después de las manifestaciones clínicas, aunque en el modelo experimental de este período puede extenderse hasta catorce días antes de la aparición de la enfermedad.
“Puede que los contagiara la madre o que alguno fuera mordido por una rata, ya que este animal es el principal trasmisor de la rabia”, indicó el dirigente de Equo, quien insistió en la baja probabilidad de que hay un brote en la ciudad autónoma. “Es raro que entren animales rabiosos estando la valla, pero no imposible. Todo apunta a se trata de algo puntual”, indicó Soria.
Manadas por el Barrio Chino
Por otro lado, el máximo dirigente de Guelaya, Juan José Villalón, también indicó a El Faro que lo más probable es que los animales fueran contagiados en el país vecino y accedieran posteriormente a Melilla. Asimismo, indicó que en las últimas semanas ha observado un continuo ir y venir de manadas de perros vagabundos en zonas de la ciudad autónoma como el Barrio Chino y los pinares de Rostrogordo.
A todas las personas que vean animales de este tipo por la calle, hay que recordarles que jamás deben recogerlos, sino avisar a la Policía para que se haga cargo. De igual manera, en caso de que un perro presente síntomas de rabia se debe llamar inmediatamente a la Policía y evitar cualquier tipo de contacto con el animal, ya que la enfermad se contagia no sólo por los mordiscos, sino también por el contacto con la saliva.
Tres animales rabiosos detectados en dos meses.
Es extraño encontrar animales rabiosos en la ciudad autónoma. En los últimos cinco años sólo se detectaron seis casos a nivel local. Sin embargo, en apenas dos meses se han registrado tres contagios.
A comienzos de diciembre se localizó a un perro infectado en la carretera de Farhana, entre el colegio Nuestra Señora del Buen Consejo y el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Se trataba de un perro de raza cruzada, macho, de tamaño mediano, color canela con manchas blancas, y que presentaba extrema delgadez, agresividad y desorientación.
Los hallados el pasado miércoles en la zona de las Caracolas eran de raza cruzada y apenas un mes y medio de vida. Fueron dejados en una caja por un motorista desconocido. Desde la Consejería recordaron que ante la aparición de animales vagabundos o aparentemente enfermos en la vía pública, no se debe tener contacto con ellos y hay que avisar a la Policía Local para que los servicios competentes procedan a su retirada de forma segura.
El pasado octubre cinco personas tuvieron que ser vacunadas tras tener contacto con otro perro afectado de rabia.