Gaselec aclara que devolverá el dinero cobrado indebidamente sólo a los clientes que recurrieron.
El propietario del Grupo Gaselec, Gustavo Cabanillas, aseguró ayer que está dispuesto a cortar la luz a la Ciudad Autónoma si ésta vuelve a retrasarse en los pagos de las facturas eléctricas.
El empresario, que ordenó la semana pasada un corte de luz televisado en diez dependencias municipales consideradas por él como “servicios no esenciales”, reconoció ayer que el Ejecutivo autonómico le ha pagado 717.000 euros de los 1,8 millones que, según sus cálculos, le debe.
Y no sólo, eso, animó “a los cientos de proveedores” de la Ciudad que siguen sin cobrar que aprovechen para presentar sus facturas “ahora que en caja hay 23 millones de euros”.
Así respondió ayer Cabanillas a la llamada de la Ciudad Autónoma animando a todos los ciudadanos a los que Gaselec ha cobrado de manera indebida el pago de facturas con un año de antigüedad a exigir a la empresa la devolución de esos importes.
Desde Gaselec no tardaron en apuntar al respecto que “la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Melilla relativa al cobro de facturas atrasadas con más de un año de antigüedad no es extensible a todos los ciudadanos”.
Asimismo, la empresa señaló que acata y respeta la sentencia que le condena a devolver el importe de facturas cobradas con más de un año de antigüedad, pese a que considera que el dictamen judicial está basado en un informe no vinculante elaborado por la Comisión Nacional de la Energía.
Para refutarlo, Gaselec optó por apelar a los artículos 1966 y 1967 del Código Civil, que permite el cobro de facturas con entre tres y cinco años de antigüedad. Sin embargo, estos argumentos no convencieron al juez.
Ese margen de tiempo, añade la empresa, no fue superado por la compañía tras sufrir un fallo informático durante el año 2010.
Asimismo, Gaselec insiste en que la sentencia en su contra “únicamente le vincula con el demandante y en contra de lo que dice la Ciudad, no se hace extensible al resto de ciudadanos que, estando en la misma situación, no reclamaron en su día”.
Y tú más
Para defenderse de la avalancha de reclamaciones de consumidores melillenses que se le puede venir encima, Gaselec recurre al “y tú más” y acusa al Ejecutivo local de animar a reclamar cobros indebidos a la empresa de Gustavo Cabanillas, pese a que está cobrando tasas, como la del agua con dos años de antigüedad.
Desde Gaselec insisten en que la facturación atrasada “se hizo conforme a ley y que en ningún momento se cobró ni un solo céntimo de euro de más a ningún ciudadano”. Y para curarse en salud, se compromete a devolver “el doble en los casos en los que se haya podido incurrir en un error”.
A la gresca por las vacunas
Pero ahí no termina el rifirrafe de Gustavo Cabanillas con la Ciudad Autónoma. El empresario acusó ayer a la Consejería de Bienestar Social y Sanidad, donde se conservan las vacunas del calendario infantil, de tener averiado el equipo electrógeno el pasado martes, cuando les cortó la luz por impago de recibos.
El empresario también lanzó un órdago al Gobierno local y amenazó ayer con desvelar, a través de su televisión privada, todos los casos de corrupción que afecten a “cualquiera que no sea honrado”, ya sea el presidente (Juan José Imbroda) como cualquier otra persona que le rodee.
También adelantó que en los próximos días presentará acciones legales y civiles contra “personas del Ayuntamiento”.
Las vacunas del calendario infantil, a salvo del apagón
La Consejería de Bienestar Social y Sanidad aclaró ayer que las vacunas del calendario infantil que se conservan en su sede no sufrieron ningún daño durante el corte de luz provocado por Gaselec el pasado 29 de enero.
“La Ciudad cuenta con los medios necesarios para el mantenimiento de estas vacunas y lamenta que el Grupo Gaselec intente desviar la atención de la opinión pública respecto a lo que ha sido una grave irresponsabilidad por parte de la empresa que dirige el señor Cabanillas al intentar dañar un material sensible y costoso (alrededor de 200.000 euros) de gran trascendencia social que beneficia a miles de melillenses”, señalaron.
No obstante, desde la Consejería recalcaron ayer que la cámara donde se almacenan las vacunas “dispone de dos motores independientes que se alternan en su funcionamiento al objeto de evitar que, por alguna avería, pudiera quedar fuera de servicio”. Además, esa cámara dispone de un sistema de control exhaustivo de la temperatura interior, con registros gráficos continuos y tiene instalada una alarma con tarjeta móvil que emite un mensaje a los teléfonos de guardia, tanto del servicio técnico como de la Dirección General.
También, añade Sanidad, se instaló un grupo electrógeno que estuvo funcionando 1:40 horas hasta que se restableció el servicio eléctrico.
Desde Sanidad insisten que la Ciudad mantiene un contrato con Eulen, que obliga a la empresa a realizar revisiones periódicas de todo el sistema de alertas 24 horas de la cámara y que desde el 13 de marzo de 2008 la instalación frigorífica se encuentra registrada y autorizada por los servicios de Industria.