El presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, necesitó ayer echar mano de Melilla y Ceuta para tratar de demostrar la importancia de su comunidad en el conjunto del país. El máximo responsable político de la Generalitat afirmó que “si Cataluña no sale adelante, tampoco saldría España” porque “no es una ciudad autónoma del norte de África”. Mas pronunció esas palabras en Catalunya Radio. Con sus declaraciones, el líder de CiU acusaba al Gobierno de no dar alternativas financieras a su comunidad.
Por desgracia para catalanes y el resto de los españoles, el presidente de la Generalitat tiene razón: La situación financiera de Cataluña no admite ninguna comparación con la Melilla. Mientras que el equipo de Gobierno de Mas se está viendo obligado a realizar sucesivos recortes en servicios y a realizar duros ajustes en su presupuesto, esta ciudad autónoma del norte de África puede presentar unas cuentas públicas saneadas gracias al equilibrio financiero en la gestión realizada durante los últimos años.
También tiene razón Mas cuando afirma que Cataluña no es Melilla, sobre todo si se analiza el nivel de lealtad de sus dirigentes políticos a España. En esta ciudad autónoma del norte de África sus diputados son capaces de mantener los más arduos debates políticos, pero ninguno de ellos pone en duda las instituciones y leyes que juraron defender.
El dirigente catalán también acierta al decir que Cataluña no es Melilla porque en esta ciudad autónoma del norte de África sus representantes (Gobierno y oposición) tienen la suficiente valentía política como para encarar los problemas sin necesidad de cobijarse bajo los colores del nacionalismo.
Artur Mas tiene razón en que su comunidad no es comparable a una ciudad autónoma del norte de África, pero se equivoca en la exposición porque al tratar de realzar la importancia de su comunidad en realidad lo que está poniendo de relieve es la magnitud del problema económico que es incapaz de resolver y que trata de ocultar tras el tupido velo del separatismo.