Al portavoz de la AMM le sorprende que los partidos políticos melillenses no se hayan pronunciado aún en defensa de ambos ciudadanos españoles, requeridos por Marruecos.
El portavoz de la Asociación Musulmana de Melilla (AMM), Abderramán Benayahya, criticó ayer en declaraciones a El Faro que el Gobierno central ponga en duda la españolidad y ciudadanía de los melillenses Nabil Mohamed y Rachid Abdellah al dejar paso al procedimiento jurídico de sendos expedientes de extradición solicitados por Marruecos. Ambos melillenses fueron detenidos el pasado mes de julio en Melilla acusados de pertenencia a banda organizada y de ser autores de un doble asesinato de dos vecinos de La Cañada, donde viven. Apenas veinte días después eran puestos en libertad sin cargos y sin fianza y el pasado mes de noviembre se archivó provisionalmente su caso por decisión de la Audiencia Nacional.
Sin embargo, los expedientes de extradicción, solicitada por Marruecos, continuaron su cauce jurídico por decisión, el pasado 15 de noviembre del Consejo de Ministros.
Este hecho, dijo Benyahya, no solamente cuestiona la españolidad de ambos melillenses sino también su ciudadanía, pues considera que estos expedientes debieron rechazarse desde un primer momento al imperar el Convenio de Extradición entre España y Marruecos que impide, precisamente, trasladar al país vecino a nacionales españoles.
“Cuando se cuestiona la nacionalidad de una persona por el Estado al que pertenece, se está cuestionando su condición de ciudadano”, argumentó Benyahya y añadió que en relación al caso de Nabil y Rachid “impera su condición de españoles y cualquier vulneración a esa condición supone una violación del Convenio en vigor y los derechos fundamentales de ambos”.
“La Justicia y el Gobierno central dejan claro que la igualdad entre ciudadanos no es tal, pues dependiendo de su origen no son iguales”, apostilló el portavoz de la AMM.
Silencio en Melilla
Por otra parte, Benyahya manifestó su sorpresa ante el silencio que se está manteniendo en torno a este asunto en la ciudad en relación a que ningún partido político se haya pronunciado ni haya salido en defensa de dos ciudadanos melillenses y españoles, cuando en otras ocasiones sí se han expresado públicamente.
“Llama la atención que aún no hayan dicho nada pues se está poniendo en cuestión la españolidad de melillenses según su origen”, aseveró el portavoz de la entidad religiosa.
Así, criticó el hecho de que la defensa de la nacionalidad y ciudadanía de los nacidos en Melilla sea “maleable” en función de “los intereses políticos de cada partido o el partido que está gobernando”.
Aarrás, a la espera del recurso ante el Supremo alauitaEl 24 de noviembre de 2011 el tribunal de Salé que juzgó a Ali Aarrás, le condenó a trece años de cárcel. La defensa del ciudadano belga nacido en Melilla está aún a la espera de que el recurso a esta sentencia que han presentado, llegue al Tribunal Supremo alauita, según informó ayer el portavoz de la Asociación Musulmana de Melilla (AMM), Abderramán Benyahya. Afirmó que se trata de una manera de actuar en el país vecino consistente en “retrasar el procedimiento el mayor tiempo posible”, pues hace tres años ya que Aarrás fue extraditado a Marruecos por decisión del Consejo de Ministros de José Luis Rodríguez Zapatero y ya desde el inicio de los trámites para el primer juicio contra el ciudadano belga se han excedido “los plazos muy por encima de los determinados formalmente”. Benyahya insiste que la extradición de Aarrás, acusado de pertenencia a organizaciones terroristas de corte yihadista y estar supuestamente implicado en el atentado de Casablanca en 2003 en el que murieron 45 personas, es una cuestión “meramente política” entre el entonces ministro de Justicia, Francisco Caamaño, y el Gobierno marroquí. La defensa de Aarrás sigue preguntándose qué ocurrió durante los trece días que pasaron entre la extradición y el registro de llegada del belga a Marruecos, los informes médicos que prueban las torturas que los abogados aseguran que ha recibido Aarrás en Salé y la vulneración sistemática de los derechos fundamentales y humanos del ciudadano belga, cuya familia melillense sigue confiando en su regreso, insistió Benyahya.