La mayoría son juguetes, productos eléctricos y accesorios de todo tipo.
El Instituto Nacional de Consumo (INC) publicó en su web durante el mes de diciembre 31 productos notificados a través de la Red de Alerta porque pueden generar un riesgo grave a los consumidores. De ellos, uno fue detectado en frontera y se rechazó su importación, mientras que otros 25 fueron retirados del mercado y prohibida su comercialización. En los cinco restantes, fue el propio fabricante quien, como obliga la normativa, comunicó a las autoridades de consumo la existencia de posibles riesgos en sus productos y adoptó las medidas necesarias para paliarlos.
Los juguetes (12), los productos eléctricos (6) y los vehículos y accesorios (4), son los que reúnen mayor número de notificaciones, dados los requisitos exigidos por la normativa que los regula. En el caso de los juguetes, por la especial vigilancia a que están sometidos por los servicios de inspección al estar dirigidos a una población vulnerable.
Los riesgos que plantean son consecuencia de las irregularidades que se les ha detectado. La relación de productos y la ficha de cada uno de ellos, así como sus fotos se pueden encontrar en la página web del INC.
China es el país del que con mayor frecuencia proceden estos productos peligrosos para el consumidor. Hasta 24 de ellos tienen su punto de fabricación en este país oriental. Otros dos tienen un origen desconocido, un motivo más para que sean retirados del mercado. Otros países de donde proceden son Alemania, Holanda, Japón o México.
Una armónica sin etiquetado
La Dirección de Consumo en Melilla retiró el mes pasado una armónica de juguete por no tener un etiquetado que indicara las características de este producto. Este juguete era muy antiguo y quedaban muy pocos ejemplares, por lo que no hubo problemas en retirarlos del mercado. A lo largo de diciembre los inspectores de Consumo han continuado con la revisión de los juguetes y de los aparatos electrónicos para comprobar las garantías de estos productos. Especial hincapié se ha realizado en la inspección de los objetos destinados a los niños de menos de tres años. Desde Consumo se recomienda mirar que los juguetes tengan las instrucciones de uso en castellano.