CSI-F pide “un plan de prevención” y el director de Educación replica que cada centro “tiene su protocolo”
La sección de Educación del sindicato CSI-F informó ayer de un suceso ocurrido en el colegio Constitución el pasado jueves. Según explicaron, un alumno de 6º de Primaria empezó a incordiar en clase, impidiendo que pudiera desarrollarse con normalidad. Tras ello, escapó del aula, se metió en otras y siguió con la misma actitud. A continuación salió al pasillo, insultó gravemente a una maestra y, por último, intentó huir del centro saltando la verja, lo que no logró.
Fuentes de CSI-F consultadas por El Faro indicaron que se trata del mismo niño que el pasado 19 de febrero pateó en las costillas y en la cabeza a otro alumno, un caso por el que fue expulsado temporalmente del colegio. Las mismas fuentes añadieron que ya lo habían echado en otra ocasión del Constitución y que antes había pasado lo propio en otros dos centros: “el Juan Caro y el León Solá”, aseguraron desde CSI-F.
“Violento y desbordado”
“Estaba violento, desbordado. Los compañeros no podían hacer nada”, añadió CSI-F. “Intentó escapar por la verja, pero un maestro lo bajó y lo llevó a la jefatura de estudios. Allí vieron que era un caso imposible y llamaron a su padre, pero no lo podían localizar”.
En esa tesitura, la dirección del colegio optó por llamar a la Policía, que envió a su Grupo de Menores. Sin embargo, su presencia no calmó al niño, que se rió de los agentes y e incluso amenazó a uno de ellos. Finalmente, fue posible contactar con el padre del menor, que se lo llevó a casa.
Plan de prevención
CSI-F reclama al Ministerio de Educación que “actualice un plan de prevención y actuación para estos casos de conductas disruptivas”. La fuente consultada indicó a este diario que esas medidas deberían consistir en que “haya más orientadores” en los colegios, así como “más profesores de apoyo y de pedagogía terapéutica. En definitiva, más medios”.
Aparte, añadió que un niño con esta conducta debe entrar “en un centro de educación especial”, pero admitió que para ello habría que trasladarlo a la península y que eso “es decisión de los padres”.
No obstante, CSI-F envió un mensaje tranquilizador al asegurar que “casos como el de este niño aparecen una vez cada 10 años”.
Dirección Provincial
El Faro contactó asimismo con José Manuel Calzado, director provincial de Educación, quien respondió al sindicato sobre su petición de actualizar el plan de prevención y actuación. En estos casos “los centros tienen su protocolo, que conecta con el de la Dirección Provincial”, señaló Calzado.
En cuanto a la propuesta de llevar al menor a un centro de educación especial de la península, el representante del Ministerio de Educación en Melilla respondió: “Esos centros tienen perfectamente definido para qué perfiles son y no incluye el de este niño”.
“Actos puntuales de violencia”
Fuentes del colegio Constitución declararon a El Faro que actitudes como la de este niño son “actos puntuales de violencia” que “se salen de lo normal”. En estos casos, señalaron que se pueden tomar medidas como que haya “profesores de apoyo continuamente en el aula” que estén pendientes de niños con esas conductas.
Añadieron que cuando ocurre algo así, “se da a aviso a la inspección educativa” y que “la expulsión es la última medida que se contempla, algo extraordinario”. Explicaron que las faltas muy graves se castigan con expulsión “de uno a tres días” y que hay otras como causar daños graves a “alumnos, profesores o personal” del centro que acarrearían “la incoación de un expediente disciplinario y una expulsión de 20 días”.
Entre las faltas muy graves, esta fuente citó las que atenten “contra la dignidad de las personas”, por ejemplo por cuestiones “étnicas” o “religiosas”.
La expulsión puede aplicarse a “determinadas clases”. Por ejemplo, “si se porta mal en la de inglés” a esa hora “se le pondría en otra aula” con otra actividad.