Los catalanes, como cualquier otro ciudadano español, desean que la acción de sus representantes políticos esté guiada por la sensatez.
Es lo mínimo que se puede exigir a quien cada cuatro años solicita el respaldo de los electores. Ayer el líder de CiU, Artur Mas, acudió a las urnas con la esperanza de que su proyecto independentista obtuviera el respaldo mayoritario de los catalanes y éstos respondieron retirándo a la formación nacionalista una docena de escaños. Los postulados radicales defendidos por el heredero político de Jordi Pujol provocaron una fuga de votos que acabaron en la más radical aún ERC, precisamente la formación política a la que buscaban dar la puntilla y que se encontraba de capa caída tras su paso por el Gobierno tripartito con el PSC e ICV. La suerte ha sido dispar para estos dos partidos. La sangría continúa para el primero, que ve cómo pasa de 28 a 20 escaño y el segundo recupera parte del respaldo perdido en 2010 y se coloca con trece diputados. Por su lado, el PP aumenta el respaldo y gana un diputado. Y finalmente, Ciutadans triplica su representación en el Parlamento catalán al pasar de tres a nueve escaños.
A la vista de estos resultados (con el voto escrutado al 98%) es evidente la metedura de pata del líder de CiU, que ha debilitado a su partido político, el proyecto independentista que defendía y la fuerza de sus argumentos para defender sus postulados ante el Gobierno central. Además, al no disfrutar de mayoría absoluta, ahora deberá negociar la formación de un Gobierno o el respaldo puntual en el Parlamento catalán, donde contaba con el apoyo del PP hasta que introdujo a su partido en la senda independentista.
Difícilmente podría haber seguido una estrategia más equivocada Artur Mas. Sólo la necesidad de crear un problema ficticio mayor que la crisis económi- ca para disimular su incapacidad para resolver ésta justificaría la deriva independentista de CiU. Ayer los catalanes le dijeron a Mas que ése no es el camino. Veremos se la pérdida de 12 diputados es suficiente para que el líder de CiU lo entienda.