Alfonso y María del Carmen acuden cada semana al cementerio a visitar sus difuntos.
Alfonso y María del Carmen fueron ayer al cementerio de la Purísima para que su nieta África conociera dónde están enterrados sus antepasados. Para ellos es muy importante que esta pequeña de siete años entienda la importancia de celebrar el día de Todos los Santos, aunque este matrimonio, visitar el cementerio es habitual, pues acuden todas las semanas. “Tenemos la esperanza de que los hijos sigan con la tradición”, aseguró María del Carmen a El Faro.
Este matrimonio destacó que siempre encuentran un hueco en sus vidas para darse una vuelta por la Purísima y realizar una pequeña oración frente a las sepulturas de padres, hermanos o cuñados.
Ayer presentaron a sus padres a África, ya que era la primera vez que la pequeña les acompañaba.
“Todos vamos a ir al mismo sitio, así que les visitamos a menudo”, afirmó Alfonso, quitándole importancia al hecho de que otras personas tengan ciertos reparos en pisar un cementerio y visitar a sus familiares fallecidos.
Antes, mucha más gente
María del Carmen explicó a El Faro que cuando ella era más joven a penas se podía mover uno por el campo santo. Indicó que el 1 de noviembre “no se cabía en la Purísima” de la cantidad de personas que limpiaban las tumbas y las llenaban de flores. “Parece que se está perdiendo esta tradición”, apuntó con tristeza. Aunque este matrimonio espera que algún día, cuando ellos falten, sus hijos les lleven flores, limpien sus sepulturas y tengan un ratito para hablarles de cómo les va la vida.
Alfonso indicó que no sólo hace falta que la familia te inculque la importancia de visitar a los difuntos, sino que una persona sienta en su interior esta necesidad de recordarles y homenajearles con unas flores.
Cuando este matrimonio visita a sus padres o hermanos siempre les dedican unos instantes para repasarles cómo está la familia, es decir, si algún sobrino ha encontrado trabajo, si ha habido algún nacimiento o hay celebraciones a la vista.
Alfonso no se entretiene visitando otras sepulturas, pero María del Carmen, si acude sola al cementerio, se pasa por las ánimas benditas para pedirles que les conserven su buena salud.
Esta melillense indicó que quien toma la decisión de si se te concede o no un deseo o una petición es Dios, pero que ella solicita a las ánimas y al soldado de los milagros, Benito López Franco, que intercedan ante el Señor a su favor. Se trata de una cuestión de fe, según destacó.
Este matrimonio volverá la semana que viene a la Purísima para continuar con la tradición que les enseñaron.