La concentración tuvo lugar ayer sin incidentes frente a la Delegación del Gobierno de la ciudad · Los empleados transfronterizos reclamaron también un convenio más justo.
Cerca de 150 trabajadores de Melilla se reunieron ayer frente a la Delegación del Gobierno de la ciudad para reclamar al Ejecutivo de Mariano Rajoy que convoque a los españoles a votar en un referéndum sobre los recortes que ha aprobado durante su mandato y que no llevaba en el programa electoral con el que logró su mayoría absoluta.
Los sindicatos advierten también al Gobierno central de que la convocatoria de una huelga general, coordinada con otros países de la UE, depende de que el PP “cambie sus políticas y rectifique su actitud autoritaria”.
Finalmente arremetieron contra el Anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013, porque deja en manos de las comunidades autónomas la responsabilidad de meter la tijera en el gasto social.
Asimismo lamentan que corran peligro los 450 euros del Plan Prepara a partir de febrero próximo por el recorte del 6,3% previsto en la partida de gastos en desempleo.
A las doce del mediodía y bajo un sol de justicia los manifestantes ya estaban concentrados delante de la Delegación del Gobierno en Melilla. Allí eran mayoría los trabajadores transfronterizos de la construcción, que portaban una pancarta en la que exigían un convenio digno y los mismos derechos para todos los trabajadores.
Éste fue el motivo que animó a Ana Chaparro y Naima Khatbach, dos empleadas del sector de la construcción, a participar en la concentración convocada ayer por la Cumbre Social en más de 50 ciudades españolas.
Consultada por El Faro sobre la asistencia a la manifestación convocada ayer en Melilla, la secretaria general de Comisiones Obreras, Caridad Navarro, apuntó que siempre se espera que asista toda la gente que pueda.
Por su parte, Rosendo Quero, responsable de Fecoma-CCOO de Melilla, se mostró satisfecho con la asistencia de cerca de un centenar de trabajadores transfronterizos, que en un principio permanecieron ligeramente distanciados del resto de manifestantes hasta que Caridad Navarro les animó a juntarse con el resto de los concentrados en la Plaza de España.
La manifestación de Melilla transcurrió sin que se registrara ningún tipo de incidentes y estuvo controlada por poco menos de una decena de policías nacionales que vallaron la parte de la Plaza de España donde tuvo lugar la concentración de la Cumbre Social.
Los sindicatos no descartan otra huelga general en más de un país de Europa
Hasta tres sindicalistas de Melilla se turnaron ayer en la plaza de España para leer el manifiesto de siete folios que la Cumbre Social consensuó entre 150 organizaciones que representan a más de 900 entidades sociales.
Lo primero que hace el manifiesto leído ayer en la ciudad es aplaudir la concentración del 15 de septiembre pasado en la plaza de Colón de Madrid; criticar a los que minimizaron el número de asistentes y arremeter contra las cargas policiales aparejadas a las protestas de ‘Rodea el Congreso’ del 25, 26 y 27 del mes pasado.
También encontró espacio en el documento un dardo en forma de petición de dimisión para la delegada del Gobierno en Madrid por su sugerencia de “modular el derecho a manifestarse”.
Y de ahí, directo al grano entraron a pedir la celebración de un referéndum y alertaron al Gobierno de la nación de que la ciudadanía “está reaccionando”.
A la mayoría silenciosa de la que ha hablado Rajoy para llamar la atención sobre el número de españoles que no salen a protestar a la calle, al manifiesto de la Cumbre Social le recuerda “la etapa más siniestra del franquismo”.
A partir de ahí llovieron críticas al “autoritarismo”, “secretismo” y “formas antidemocráticas” del Gobierno central, para inmediatamente exigir “otra política para reactivar la economía” porque “con la austeridad no se sale de la crisis”.
En todo caso, los sindicatos reconocen que “la situación es grave” y no se puede salir del atolladero sólo recortando gastos, por lo que exigen al Ejecutivo del PP que suba los impuestos a los ricos.
Acto seguido el documento destripa el anteproyecto de Presupuestos Generales para 2013, “que va a hundirnos más en la crisis” porque, según los sindicatos, rebaja las partidas destinadas a la dependencia, los servicios sociales, la ayuda a la cooperación al desarrollo, al mundo rural y al medio ambiente.
Finalmente el manifiesto advierte de que la convocatoria de una huelga general, la primera coordinada con más de un país europeo, depende del Gobierno central.
Con el fin de la lectura del manifiesto empezó a sonar la canción de Juanes: “Tengo la camisa negra, porque negra tengo el alma”...