Desde hoy y hasta nuevo aviso los melillenses estaremos obligados a mostrar el certificado de residencia para poder obtener el descuento del 50% en el transporte marítimo y aéreo, volviendo así a retroceder al menos diez años en el tiempo. Este certificado, expedido gratuitamente por la Ciudad y con una validez de seis meses, será el documento que acredite oficialmente ante las navieras que vivimos en Melilla, Ceuta o los archipiélagos, una medida con la que el Ministerio de Fomento quiere cerrar una bolsa de fraude detectada, que según los datos que baraja el organismo, habría superado en el pasado año la cifra de 150.000 pasajeros.
Y sin dudar de la bondad de este procedimiento, engorroso donde los haya para la mayoría de la población por mucho que las administraciones se empeñen en hacer llamamientos ciudadanos para que se obtenga, este nuevo requerimiento de Fomento es más que absurdo y está justificado por el hecho de que el Estado gasta muchísimos millones de euros al año en bonificar a canarios, baleares, melillenses y ceutíes y en época de crisis, cualquier ahorro es bueno. Además, si hay que culpar a alguien de tener que volver a este farragoso procedimiento, hay que mirar a esos 150.000 ‘tramposos’ que ya se aprovecharon de este servicio el año pasado.