Aseguran que antes los inmigrantes solicitaban vales para desplazarse en taxi hasta dicho centro sanitario pero que ahora “se les anima a ir andando a causa de los recortes”.
La crisis económica y los recortes en el área de Sanidad parecen estar afectando también a los residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad autónoma. En la jornada de ayer, varios de sus trabajadores comunicaron a El Faro que, aunque se prestan los servicios sanitarios básicos, la atención médica se ha visto reducida en algunos aspectos. Más allá fue la ONG melillense Prodein, cuyo máximo dirigente, José Palazón Osma, afirmó a este periódico que se ha dejado de atender a enfermos crónicos.
Los trabajadores de centro contactados por El Faro señalaron que la atención más básica y la cobertura sanitaria mínima se continúan dando. No obstante, donde se ha “recortado” ha sido en los desplazamientos que los residentes del CETI realizan al Hospital Comarcal cuando se sienten indispuestos. Según las fuentes de este periódico, el procedimiento habitual era pedir un taxi para que el afectado pudiera desplazarse hasta las instalaciones del hospital. Como pago al conductor, se le daba un vale por importe de diez euros, aproximadamente.
Sin embargo, en las últimas semanas, la concesión de estos “pagarés” para que los inmigrantes pudieran desplazarse “se ha restringido notablemente”, por lo que los enfermos disponen ahora de menos posibilidades a la hora de acudir al hospital. “En ocasiones los residentes han discutido con los guardias de seguridad del centro, que poco pueden hacer sobre este tema, para que les dieran el vale, pero no sirve de nada. Los recortes también han llegado al CETI y últimamente apenas se conceden. Cuando alguien tiene que ir al hospital se le invita a ir andando”, subrayaron las fuentes del centro a este periódico. En la misma línea, aseguraron que existe “una ingente deuda económica” con los taxistas de la ciudad autónoma por la prestación de este servicio, la cual “se ha ido acumulando con el paso del tiempo y podría superar los 1.000 euros”.
En lo que se refiere a la atención básica a los inmigrantes, los trabajadores señalaron que se continúa prestando como siempre y que los residentes tienen sus necesidades sanitarias más elementales “bien atendidas”.
“Nadie se está librando de los recortes en esta época de crisis que estamos viviendo. Los residentes del CETI también se están viendo afectados, como le ocurre a la mayor parte de los españoles”, añadieron las fuentes de El Faro.
Sin embargo, la asociación humanitaria Prodein aseguró ayer que existen casos particulares “en los que no se está atendiendo a los enfermos de manera adecuada”.
Enfermos crónicos
Según el máximo dirigente de esta ONG, José Palazón, estos “recortes” comenzaron en el mes de abril, aproximadamente, cuando se negaron medicamentos gratuitos una mujer de origen congoleño con problemas cardiovasculares y a dos varones de la misma nacionalidad que padecían diabetes.
“Esta medida coincidió de lleno con la campaña que se llevó a cabo desde la Ciudad Autónoma para no permitir a los inmigrantes limpiar vehículos en la vía pública”, aseveró el máximo dirigente de Prodein, “sin poder ganar dinero de ninguna manera y sin acceso a medicamentos para tratar sus enfermedades, poco pueden hacer”, aseveró.
En lo que respecta a los viajes al Hospital Comarcal en taxi, confirmó lo indicado por los trabajadores del centro y señaló que en las últimas semanas se “invita” a los que quieran acudir a dicha instalación sanitaria a hacerlo andando.
Los taxistas, “muy satisfechos” con el servicio que prestan al centro.
La Asociación Autónoma del Taxi optó por no entrar en polémicas en lo referente a la “deuda” que existe por el servicio de transporte a los inmigrantes hasta el Hospital Comarcal, según denunciaron ayer los trabajadores del CETI. En declaraciones realizadas a El Faro, el máximo dirigente de dicha asociación, Karim Mohamed, afirmó que están “muy satisfechos” con la prestación de dicho servicio, el cual se concede mediante convenio, así como que la cobertura sanitaria que se esté dando a los residentes del centro es un asunto que no atañe a los taxistas.
El representante de este gremio no aportó cifra sobre la cantidad que se adeuda y reiteró que “ningún compañero ha emitido quejas al respecto”, así como que es un trabajo “beneficioso para el sector” y con el que están “muy contentos”.
Hay que recordar que, según los trabajadores del CETI, cada vez se da un menor uso a este servicio y se les niega a los inmigrantes los vales usados como pago por la carrera hasta el hospital. Asimismo, afirmaron que los deuda “se ha ido acumulando y podría superar los 1.000 euros”.
“La situación en el centro ha mejorado mucho desde que comenzó el año”
Los trabajadores señalan que apenas se han producido incidentes de gravedad en el CETI.
“Salvo algunos incidentes leves, la situación en el centro es bastante buena”. Así lo afirmaron en la jornada de ayer a El Faro los trabajadores del CETI, al tiempo que aseguraron que existe “muy poca tensión” entre los residentes y que la situación “se ha normalizado bastante”. El panorama tras los muros del centro es bastante distinto al que había hace un año, según los propios trabajadores, cuando se produjeron incidentes y peleas multitudinarias entre grupos de distinta nacionalidad.
“Hace unos meses los cabecillas de todos los altercados fueron trasladados a la península y ya apenas hay conflictos, salvo los típicos roces habituales, que surgen porque el centro aún se encuentra algo saturado, aunque mucho menos que a comienzos de años”.
En este sentido, cifraron el número de residentes en unas 600 personas, dato que se asemeja bastante al último proporcionado por la Delegación del Gobierno, 595. “Aunque el límite de ocupación es de 480 inmigrantes, la situación ha mejorado ostensiblemente. Antes era un completo desbarajuste”, agregaron.
En la misma línea, añadieron que el desmantelamiento del poblado de chabolas que había en el Cerro de la Palma Santa no conllevó demasiado descontento entre los habitantes del centro. En este terreno, hay que recordar que muchos inmigrantes del CETI acudían a dichas infraviviendas a dormir y en ocasiones a comer al considerar que el régimen del centro era poco flexible.
Así pues, todo discurre “con mucha calma” en el CETI pese a que continúa saturado. La intención de la Delegación del Gobierno en este aspecto es continuar con el ritmo de traslados a la península, bien a Centros de Internamientos de Extranjeros (CIES) o bajo la tutela de ONGs, para que la cifra de ocupación siga descendiendo. Por el momento, el número de salidas es mayor que el de entradas y se ha logrado rebajar la cifra de residentes en más de 200 personas desde que comenzó el año.
“Ahora mismo estamos realizando nuestra labor con mucha calma y sin sobresaltos, lejos de las situaciones que tuvieron lugar el año pasado. Esperemos que continúe así la cosa”, concluyeron los trabajadores del centro.