Durante los próximos días los musulmanes no podrán beber ni comer hasta que se ponga el sol, momento en el que celebran la ruptura del ayuno con una oración.
Miles de melillenses comienzan hoy a celebrar el Ramadán, la fiesta más importante de los musulmanes, y en la que durante un mes tratarán de purificar su alma dejando de comer, beber y mantener relaciones sexuales hasta la puesta del sol. Los hábitos diarios de gran parte de la población de la ciudad cambian durante los próximos treinta días, en los que la noche será en casas y barrios melillenses momento de reunión alrededor de una mesa en la que repondrán fuerzas para afrontar la siguiente jornada sin probar bocado hasta la noche. La ruptura del ayuno, que llega con la puesta del sol es el momento en el que muchos musulmanes salen a la calle, en un mes en el que para esta comunidad la noche toma un especial protagonismo. La aparición de la luna del Sha'ban, el octavo mes del calendario lunar islámico, es lo que marcó anoche el comienzo de esta festividad, lo que hace que la fecha sea muy difícil de definir con anterioridad y que hasta el último momento, en el que los musulmanes vean la luna, si el tiempo no lo impide, no se sepa el momento de inicio del Ramadán. El ayuno, que es uno de los cinco pilares del Ramadán, y que se refiere a la abstinencia total de todo lo que rompe la meditación, será obligatorio desde hoy para todos los musulmanes adultos, sanos y en buen estado mental, tanto hombres como mujeres. Las excepciones a seguir esta tradición son además de para personas enfermas y niños, para mujeres que estén embarazadas o que tengan la menstruación. Pero el Ramadán es algo más que dejar de comer, los musulmanes deben tener presente que la abstinencia no sólo se limita a la comida y la bebida, sino a todo lo que sea mala palabra, mal acto o mal pensamiento, en lo que se denomina el ayuno moral. Además, si según el Islam las personas que profesan esta fe ya deben ser generosas durante todo el año, esto debe acentuarse aún más durante el mes de Ramadán. Y es que otro de los pilares de esta religión es la limosna, a la que el Corán se refiere en más de 80 ocasiones, ya que los musulmanes deben dar cada año limosna a las personas más pobres de su comunidad, empezando por familiares y vecinos, para limitar la acumulación de riquezas, purificar el alma de la avaricia y ayudar a los necesitados. Así, este precepto se vuelve aún más importante durante esta celebración. Durante este mes los musulmanes romperán el ayuno justo después de la puesta del sol, al comienzo de la oración del magrib y es que antes de comenzar a comer, los creyentes tendrán que orar y suplicar a su Dios. A pesar de todas las limitaciones a las que se enfrenta la comunidad durante estos días, también hay muchos hechos que sí están permitidos. Así, tal y como recoge la Ciudad Autónoma en el tríptico que ha preparado para anunciar las actividades del Ramadán de este año, se recuerda a los musulmanes que podrán bañarse, ducharse, nadar y sumergirse en el agua siempre y cuando no traguen líquido por la boca ni tampoco por la nariz. También estará permitido durante este mes utilizar colirio en los ojos, o el kuhl, una máscara natural que utilizan para los bordes de los párpados, como tratamiento de enfermedades o como producto de belleza. Asimismo, las inyecciones, siempre que no sean nutritivas, no romperán con las obligaciones dictadas para este mes. Enjuagarse la boca con agua o aspirar agua por la nariz durante las abluciones y luego echarlo fuera también estará permitido, igual que trabar saliva o polvo. Las colonias, perfumes y maquillajes, son otros de los productos que los musulmanes sí podrán usar durante todo el día durante este mes de Ramadán. A partir de hoy, los musulmanes de la ciudad y de otros puntos del norte de África comienzan su Mes Sagrado, en el que tendrán que seguir una serie de pautas para que el ayuno no perjudique su salud, aunque según indican los expertos, y a pesar de lo que muchos creen, esta abstinencia no tienen por qué ser negativa para el organismo si la realizan personas adultas y sanas, ya que purifica el hígado, elimina toxinas y grasas e incluso puede facilitar que se baje de peso. Mantener una alimentación equilibrada y tratar de no ingerir un exceso de comida en la ruptura del ayuno serán dos de las claves para que el mes no se haga cuesta arriba, en lo que a la salud se refiere. Los musulmanes encaran, un año más, un mes en el que la abstinencia será signo de purificación interior, que les ayudará a acercarse más a su religión y a su Dios.