Si hay algo que consigue despertar el interés de los adolescentes es la música y el baile. Eso fue lo que pensó la profesora de Lengua e Historia del IES Rusadir, Laura Segura Sarompas, cuando decidió proponer a los alumnos del centro participar en la elaboración de un videoclip sobre la canción de la artista extremeña Bebe, ‘Ella’. La iniciativa, que forma parte de las actividades del Plan de Igualdad del instituto, arrancó a principios de marzo, y a través de ella los docentes del Rusadir, con el apoyo de la ONG Movimiento por la Paz, pretenden que los estudiantes se conciencien de la importancia de la lucha contra la discriminación por razones de género o el maltrato machista.
Casi una treintena de jóvenes, de entre 14 y 17 años, decidieron ponerse en marcha y participar en el proyecto. La profesora, que indicó que contó con la colaboración de otros docentes del centro, aseguró que los chicos se implicaron al máximo desde el primer momento, aunque reconoció que fue complicado coordinarlos a todos.
La primera escena arranca en la puerta de entrada del instituto, desde allí, a lo largo de los pasillos del centro educativo, van apareciendo adolescentes, que interpretan estrofas de esta canción, en la que se habla de una mujer que se da cuenta de cual es su verdadero valor y decide luchar por ella misma y enfrentarse al mundo.
Los adolescentes, que llevan meses reuniéndose para dar forma al videoclip, transmiten mediante sus gestos y bailes lo que significa para ellos la letra de esta canción. Segura señaló que aunque han ensayado los jóvenes suelen improvisar bastante.
Una sola secuencia, grabada con una cámara doméstica, y el sonido de un reproductor de música en el que suena el tema de Bebe, son casi los únicos instrumentos que ha utilizado este grupo de alumnos para hacer realidad este videoclip casero, que en las próximas semanas proyectarán para todos sus compañeros de instituto.
La profesora, y una de las coordinadoras de Movimiento por la Paz, que les está ayudando en la elaboración del montaje, aseguraban que lo más importante es que los jóvenes se han implicado mucho desde el primer momento y que comprenden perfectamente el mensaje que quieren transmitir a través de este pequeño espectáculo audiovisual.
Cuando las aulas se vacían y la mayoría de los docentes y estudiantes regresan a casa, a eso de las tres de la tarde, este grupo de alumnos ponen el ritmo en los pasillos del instituto. Las escaleras se convierten en un escenario perfecto y cada uno aporta lo que puede, unos tacones, una flor o unos guantes, para que el resultado final sea el mejor.
La ilusión y las ganas de divertirse se mezclan con la concienciación y la implicación en los problemas reales, en una actividad que demuestra que a los adolescentes también les preocupan las desigualdades y que quieren construir un futuro mejor.