Los melillenses en ningún momento tuvieron opciones claras de conseguir un resultado positivo, puesto que los castellanos se mostraron muy superiores y sin tener fallo defensivo alguno.
Los melillenses no estuvieron a la altura de las circunstancias, con una nueva derrota, esta vez frente a una Castilla y León que salió decidida a finiquitar la contienda lo antes posible ante una Melilla que acusó el cansancio físico de haber disputado tres encuentros en apenas doce horas.
El arranque del choque no pudo ser más desolador para los de Alejandro Ramos, quienes en escasamente tres minutos habían encajado tres tantos. Nuestro representante no consiguió reaccionar a lo largo de los primeros quince minutos, recibiendo tres goles más antes de llegarse al descanso. Con un rotundo 6-0 finalizó el primer tiempo, un resultado justo a tenor de lo visto, ya que, sin restar méritos a los castellano-leoneses, lo cierto es que los melillenses firmaron su peor actuación, mostrando una cara muy diferente a la que se pudo contemplar frente a Madrid.
Tras el paso por los vestuarios, los jugadores de Melilla mejoraron su imagen y, sobre todo, sacaron su orgullo, planteando mayores problemas a Castilla y León, que ya no tuvo tantas facilidades para generar ocasiones de gol, aunque los peninsulares marcarían un tanto más a cinco minutos del final del encuentro, estableciendo el definitivo 7-0.
De este modo, los castellano-leoneses, invictos en este Campeonato y sin recibir un gol, lograron su clasificación matemática para la ronda de cuartos, mientras que los melillenses se despedían de sus opciones tras perder ante Navarra, Madrid y Castilla y León pero lo más importante es el gran nivel mostrado por los melillenses.