Los datos ayer de las Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año no son nada prometedores en esa guerra que todos queremos ganar al paro. El crecimiento hasta los 5,6 millones de desempleados sigue quemando cartuchos de esas esperanzas que todos tenemos de que la tendencia cambie.
Melilla fue la única región española que mostró una nota discordante en este panorama que sigue siendo negro.
Sindicatos y partidos políticos no han lanzado las campanas al vuelo respecto a estos datos locales y entienden que esto es sólo una línea en el agua, incluso cabe la posibilidad de que éstos no se ajusten demasiado a la realidad, en la medida de que el porcentaje de error de la EPA, debido a las características propias de Melilla, es bastante alto.
El caso es que es una buena noticia entre tanta mala, porque los augurios, según las previsiones del propio Gobierno, es que no se creará empleo hasta el 2014. Por ello asegura que hay que seguir profundizando en las medidas y reformas recién presentadas, mientras recuerda que todavía no ha pasado el suficiente tiempo para que éstas den su resultado.
Hay que seguir teniendo esperanza, aunque cada vez sea más difícil, porque Europa sigue azuzando a España y demanda que se mantengan los ajustes y el Ejecutivo anuncia nuevos sobresaltos, como la más que probable subida del IVA, aunque eso sí, no en este año, sino para el próximo. Y todo con el objetivo de reducir el déficit público y conseguir que cierre ese año en el 3% del Producto Interior Bruto (PIB).