El subsahariano tuvo que ser trasladado al Hospital Comarcal porque presentaba “serias dificultades para respirar” tras ser rescatado por los agentes de la Guardia Civil. Un subsahariano de unos veinte años tuvo que ser trasladado el pasado martes al Hospital Comarcal debido a las serias dificultades que presentaba para respirar. Acababa de ser rescatado del doble fondo practicado en un vehículo donde permanecía oculto para intentar llegar de manera ilegal a Melilla.
La intervención tuvo lugar en el puesto fronterizo de Beni Enzar durante la inspección de los vehículos que acceden a la ciudad. Uno de ellos, un turismo marca Renault 20 de color gris y con matrícula marroquí, levantó las sospechas de los agentes cuando estaba siendo registrado. Concretamente, los guardias civiles se percataron de que había una placa metálica en el fondo de la guantera del vehículo, “signo evidente de su manipulación original”, explica la Comandancia.
Ante este indicio, los agentes procedieron a realizar un examen más exhaustivo. Retiraron el salpicadero de forma parcial y pudieron comprobar que había persona oculta que estaba “tumbada de cúbito lateral”.
Tras conseguir retirar en su totalidad la pieza, los guardias civiles constataron que se trataba de un varón de rasgos subsaharianos. Estaba encajonado en un espacio de muy reducidas dimensiones que le dificultaba poder respirar y que no le permitía ningún movimiento. La situación en que se encontraba y el sistema de cierre del doble fondo permitía deducir que no se podía haber introducido ni haber abandonado el habitáculo por sus propios medios, explica la Comandancia.
El inmigrante mostraba signos de entumecimiento, alteraciones respiratorias y debilidad extrema. Una vez liberado, tuvo que ser trasladado al Servicio de Urgencias del Hospital Comarcal para su reconocimiento debido a las dificultades respiratorias que experimentaba.
Tras recuperarse, el examen médico constato que su estado de salud era satisfactorio y se encontraba dentro de la normalidad.
El inmigrante es un joven de unos veinte años que aseguró proceder de Ruanda. Los agentes de la Guardia Civil lo entregaron al Cuerpo Nacional de Policía para que le fuera aplicada la Ley de Extranjería.
El otro ocupante del vehículo, su conductor, fue arrestado. Se trata de un joven de 23 años, de nacionalidad marroquí y con residencia en Nador. Los agentes le pusieron a disposición judicial. Está acusado de un delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros.
La Comandancia insiste en advertir del riesgo en que ponen su vida los inmigrantes que optan por utilizar este sistema para tratar de entrar en Melilla. “Una vez más, la Guardia Civil realiza un servicio que permite seguir con vida a una persona, cuyo incierto final nunca se hubiera sabido de no haber sido rescatada cuando su resistencia física parecía llegar al límite”, señala la Benemérita en su nota de prensa.