Según Seopan, la ciudad comenzó el año con un 39% menos de proyectos sacados a concurso, mientras el colectivo denuncia la no contratación de trabajadores locales.
El sector de la construcción en la ciudad está de capa caída, máxime ante los últimos datos publicados por la patronal de las grandes constructoras, Seopan, donde se refleja que Melilla comenzó el año con un volúmen de licitación de obras por valor de 3,7 millones de euros en el mes de enero, un 39% menos que en el mismo mes del año 2011. El responsable del colectivo en UGT Melilla, Abdeselam Anana, destacó que son múltiples los problemas que aquejan al gremio, en especial, ante la no contratación de trabajadores melillenses en obras que ya están en marcha en la ciudad y la decisión de las empresas de traer a sus empleados de la península.
Anana afirmó que este año tampoco se verá algo de vida en el sector. “No se mejorará hasta que no se hagan obras”, apuntó y añadió que es el Gobierno de la Ciudad Autónoma quien “tiene la sartén por el mango y la capacidad de sacar más obras”.
Además, según explicó el responsable sindical, la falta de proyectos de construcción no sólo se da en el sector público sino también en el privado y apuntó que las medianas y pequeñas empresas constructoras privadas únicamente están realizando labores de rehabilitación de algunos edificios y no grandes obras, que siempre ofrecen más oportunidades de empleo para encofradores y ferrallas, como la construcción del nuevo hospital universitario o de la promoción de viviendas en los terrenos de Isla de Talleres.
“Ya no vale la excusa de que en Melilla no hay trabajadores cualificados porque sí los hay y saldrían más baratos a las empresas. Es evidente que traer un trabajador de la península supone un gasto añadido en el alojamiento”, razonó Anana y explicó que, en muchos casos, en las obras, a los trabajadores melillenses “se le dan largas y no se les contrata”.
El problema se viene agravando en los últimos años, ya que la crisis económica nacional provocó una operación retorno de muchos melillenses que habiendo perdido su empleo en la península vuelven a su ciudad natal, confiando en una salida laboral para sobrevivir que no se está cumpliendo.“Es sorpredente comprobar cómo cientos de familias viven únicamente con un subsidio de desempleo de algo más de 400 euros”, apostilló.
Con este efecto retorno, Anana calcula que en la ciudad puede haber entorno a los 2.000 trabajadores del sector de la construcción, por ello, pidió a las autoridades públicas y a las empresas constructoras que “no es cuestión de obligar a que se contraten trabajadores melillenses, pero sí a repartir un poco las contrataciones entre los de Melilla y la península”.
La falta de nuevas obras públicas está provocando a su vez el despido “casi masivo” de los trabajadores del sector, especialmente, los que tienen un contrato indefinido, según informó Anana. “Las empresas se están quitando de en medio a los trabajadores fijos y mantienen a los temporales, porque con la reforma laboral ahora les sale más barato”, indicó. Sin embargo, la labor del sindicato, para los trabajadores que acuden a él, se limita a comprobar si la cantidad de finiquito que ha fijado la empresa se ajusta a la legalidad.
Por último, Anana quiso denunciar que muchas empresas antes de contratar a los trabajadores “les dicen las horas que van a trabajar y lo que se le va a pagar”, que, en la mayoría de los casos son 600 euros mensuales que se convierten para algunos trabajadores “en las lentejas, si quieres las tomas y si no las dejas”, apostilló el responsable sindical.
La lucha estéril de los sindicatos sobre los empleados ilegales
El responsable del sector de la Construcción de UGT Melilla, Abdeselam Anana, afirmó que otro de los grandes problemas a los que se enfrenta el gremio es la ‘contratación’ de trabajadores ilegales en las obras.
El dirigente sindical explicó que en muchas obras “una vez que está hecha la estructura la cierran y en días festivos y fines de semana tienen a empleados ilegales trabajando sin contrato y sin documentación”.
Por ello, quiso hacer un llamamiento al Servicio Público de Empleo y a la Inspección de Trabajo para que tomen cartas en el asunto, ya que, hasta ahora, según dijo Anana, las denuncias, pocas, que se han puesto al respecto, “no hacen efecto porque cuando los inspectores se presentan en la obra, ésta ya está terminada”, denunció.