Conocida también como ‘Fiesta de la Primavera’ o ‘Pascua de la Galleta’, conmemora el éxodo del pueblo judío, la cosecha y el paso del ángel exterminador. Los judíos celebran desde este viernes y por espacio de ocho días la Pascua judía o ‘Pesah’, conocida también como ‘Pascua de la Galleta’.
Se celebra con la primera luna llena de la primavera y se conmemora el éxodo del pueblo judío desde Egipto y su paso por el Mar Rojo, la cosecha de primavera y el paso del ángel exterminador matando a los primogénitos egipcios y dejando indemnes a los hebreos.
En un documento sobre las fiestas judías se relata la historia de esta conmemoración que tiene su origen en la negativa del Faraón de permitir la salida del pueblo de Israel de Egipto, motivo por el cual Dios castiga a Faraón y a su pueblo con las diez plagas. Con la última, la muerte de los primogénitos, el Faraón reconoció la salida del pueblo de Israel.
El nombre de ‘Pascua de la Galleta’ viene marcado porque durante estos días no se puede comer pan ni ningún otro producto realizado con levadura, en conmemoración al tipo de pan que comieron los judíos en su salida de Egipto. Incluso, está prohibido estar en posesión de cualquier alimento con levadura, motivo por el cual previo a la festividad se limpia toda la casa para evitar que pueda haber alguna miga de pan, o fideos, galletas, cerveza o whisky, entre otros.
También es conocida como ‘Fiesta de los Ázimos’, porque durante estos días sólo se puede ingerir pan ázimo, es decir, sin fermentar; ‘Fiesta de la Libertad’, ya que como reza una de sus versículos “en este día te convertisteis en pueblo”; y ‘Fiesta de la Primavera’, porque al igual que en esta estación florece la naturaleza, en Pesah florece el pueblo de Israel. Este mes, denominado ‘Nisán’, es el primero de los meses del año.
Entre los alimentos típicos de esta festividad está ‘Zeroá’, que es una pata delantera de ave o de cordero y representa el cordero de pascua; ‘Betsá’, un huevo hervido, que simboliza la ofrenda; ‘Maror’, hoja de lechuga o rábano picante, con la que se recuerdan los tiempos amargos de los antepasados; ‘Jaóset’, una mezcla de manzana rallada o dátiles picados, nueces, vino, canela y almendras, que asemeja la argamasa para los ladrillos que los judíos debieron fabricar para construir las ciudades del Faraón; y ‘Karpás’, apio, que según el Talmud fue introducido para despertar la curiosidad de los niños y estimularlos para que formulen preguntas referidas a la fiesta.
Se trata de una festividad muy familiar en la que todos se reúnen para recordar la liberación del pueblo judío y se lee durante las dos primeras noches la Hagada –relato de la esclavitud y liberación de Egipto–.
El primer y último día son de plena fiesta, y los intermedios tienen carácter festivo y sólo se pueden realizar trabajos necesarios e indispensables. Además, la Tora prohíbe en estos días cortarse el cabello, afeitarse, lavar la ropa o teñirla.