Ayer concluyeron las actividades que el Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (Icame) organiza cada año en honor a Santa Teresa de Jesús, su patrona.
Como es habitual, las celebraciones finalizaron con el acto de jura o promesa de los nuevos letrados que se han colegiado en la entidad. Una ceremonia en la que el Icame siempre entrega su Medalla de Oro a alguna institución con la que mantenga una estrecha colaboración. Si el año pasado el premiado fue el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en la presente edición el reconocimiento ha sido para la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Melilla.
El pasado miércoles, El Faro publicó una entrevista con el decano del Icame, Blas Jesús Imbroda, quien subrayó que la distinción concedida a la Policía se debe a los lazos de cooperación que este Cuerpo mantiene con los abogados melillenses, a los que facilita que presten sus servicios de defensa en temas legales a las personas que así lo necesiten. Asimismo, el decano destacó el “inmenso esfuerzo” que la Jefatura Superior realiza en defensa de la seguridad y la libertad de todos los ciudadanos.
José Ángel González, el jefe superior de la Policía en nuestra ciudad, recogió la Medalla de Oro de manos del decano de los letrados melillenses en una emotiva ceremonia a la que también asistió el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda.
Pero los auténticos protagonistas de la noche fueron los abogados que han pasado a formar parte del Icame. Ahora afrontan el reto de una profesión apasionante en la que siempre vivirán un continuo aprendizaje, como ocurre en cualquier aspecto de la vida.
Y hablando de aprender, ayer concluyeron las jornadas organizadas por el Colegio de Abogados, que estuvieron dedicadas a cuestiones de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana. En las ponencias participaron personalidades de la talla del magistrado Fernando Grande-Marlaska, presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, o Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad.
Y, aparte, en el acto de jura o promesa de ayer noche, el decano del Icame anunció que la entidad que encabeza está trabajando para crear un servicio gratuito de orientación jurídica en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Una iniciativa loable que muestra el carácter imprescindible de la profesión de la abogacía.