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Monseñor Carlos Amigo fue el encargado de dar la conferencia inaugural del inicio de curso de la UNED, en la que retrató cómo es “la Iglesia de Francisco: viva, de puertas abiertas y con vocación universal”
El cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ofreció ayer una conferencia inaugural de esas que te hacen sonreír, pensar y disfrutar. En pocos minutos hizo un repaso a los últimos papas de la Iglesia para llegar al actual, Francisco, y desveló lo que cree que puede llamar la atención de este líder cristiano. “El Papa atrae con la seducción de la sencillez, no esa que entendemos como discreción, sino la que implica dar la vida por los demás sin que se note”, aseveró.
Amigo subrayó que Dios manda siempre lo que necesita la Iglesia y en estos momentos precisaba de un representante como Francisco, que nada más ser nombrado Papa dio dos ideas: que la situación de la comunidad cristiana no estaba tan mal y que los que ostentan este cargo no son el mago Merlín para llenar de artificio todo su alrededor y hacer cosas espectaculares.
En este sentido, el cardenal arzobispo señaló que Francisco se acercó a la gente para estar codo a codo con los ciudadanos y poder entrar en la piel de las personas.
La Iglesia
Comentó cómo nada más iniciar el papado también tuvo detractores. Hubo quien criticó que se pusiera zapatos negros en lugar de blancos, que era la tradición. “A mí lo que me importa no es el color del calzado, sino a dónde nos llevan”, aseveró monseñor Amigo.
De esta forma, resaltó que lo realmente importante no son ya los gestos “porque los gestos tienen fecha de caducidad”, sino “las actitudes, porque éstas permanecen”.
Esto es lo que ha llevado a todo el mundo a hablar del Papa y no de la Iglesia, como sucedía antes, añadió el cardenal arzobispo.
Asimismo, Amigo describió esta nueva comunidad desde el punto de vista de Francisco. Afirmó que la Iglesia es vida “porque vive la Palabra de Dios a través de testimonios”. También indicó que no siente nostalgia del pasado y que tiene visión de futuro. Señaló también que la Iglesia es consciente de sus posibilidades y que tiene las puertas abiertas, no sólo para que entre todo el mundo, sino también para salir y llevar la palabra de Dios a quien la necesite.
Además, el cardenal arzobispo contó una anécdota. Llamó a un amigo musulmán, Hamed, que vive en Tánger, donde estuvo desempeñando su labor durante años, y estuvieron hablando de la familia y de cómo les iba la vida. Antes de acabar la conversación, Hamed le dijo: “¡Qué buen Papa tenemos!”. Y Amigo le contestó que él no porque era musulmán. La respuesta de Hamed fue: “Si hay un hombre bueno y justo, nos pertenece a todos”. Con estas palabras terminó su intervención.
“Despegado como nunca”
También intervino ayer el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, en este acto para resaltar la necesidad de seguir impulsando la educación superior. “La formación universitaria ha despegado como nunca antes en la ciudad gracias a la UNED y la UGR”, subrayó. En este sentido, comentó que la Administración local se ha tomado especial empeño en invertir en educación, ya que las ciudades no tienen futuro sin ofrecer formación a los jóvenes.
Además, el presidente del Ejecutivo señaló cómo “debemos espabilar todos” porque la población en Melilla no cesa de crecer y pueden generarse muchos problemas en el futuro si no están preparados los servicios para los ciudadanos.