El secretario general de los socialistas melillenses tiene la certeza de que “la actuación de los dirigentes del PSOE ha sido de estricta legalidad”. Ese era el encabezamiento de la nota remitida por el encargado de prensa del PSME tras conocerse que el máximo responsable del partido en la ciudad acababa de ser imputado en el conocido caso del ‘voto por correo’ por prevaricación, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y fraude.
Antes del envío del comunicado, Gregorio Escobar ya se había desecho de su teléfono móvil dejándolo en manos de la persona que redacta los comunicados, hace fotografías y que concierta entrevistas para los responsables del PSOE local. Ayer ese profesional también tuvo que dar la cara por el que desde hace unas semanas es el secretario general de los melillenses. Escobar ayer no estaba para nadie. Sólo tuvo tiempo para realizar unas socorridas declaraciones en una emisora. Allí mostró su confianza en que “la actuación de los dirigentes del PSOE ha sido de estricta legalidad”. Sin embargo, ayer no estaba en duda “la actuación de los dirigentes del PSOE”. Ayer se cuestionaba ni más ni menos que la actuación del actual máximo representante de los socialistas melillenses durante su etapa primero como candidato al Congreso de los Diputados y después como delegado del Gobierno, ni más ni menos. Ayer la pregunta era si su liderazgo como secretario general del PSME puede verse afectado por esa grave imputación. Ayer quedó sin aclarar qué futuro tiene su partido en esta ciudad cuando es muy probable que, además de sentarse en la Asamblea al lado de su antecesor, Gregorio Escobar también tenga que compartir el banquillo de los acusados con Dionisio Muñoz. Ayer nadie se cuestionaba en quién confía Gregorio Escobar. Ayer la pregunta era si Gregorio Escobar cree contar con la confianza de los socialistas melillenses para seguir representándolos como secretario general. Ayer esas preguntas quedaron en el aire porque el encargado de prensa del PSME no supo responderlas y Gregorio Escobar decidió esconderse tras las siglas de su partido.